Tras largos meses de espera, batallas judiciales en la Corte y conversaciones entre autoridades de varios gobiernos, finalmente los llamados "Balseros del Faro" llegaron a Australia, país que los acogió como refugiados políticos.
Los cubanos han sido reubicados en la ciudad de Brisbane y algunos de ellos dicen estar muy contentos por haber llegado a Australia, aunque aclaran que la batalla legal por irse a residir a los Estados Unidos no ha terminado.
"Me gusta esto aquí, es un lugar agradable. Si tengo que quedarme aquí toda mi vida, lo haré. Me gusta," dijo Alexander Vergara López.
"Ahora mismo estoy trabajando para una compañía ...[Australia] es un buen lugar, me gusta, son muy buena gente", expresó el joven quien además envió un saludo a los abogados del grupo Movimiento por la Democracia, dirigido por Ramón Saúl Sánchez con sede en la ciudad de Miami.
"Es un sueño - estamos muy contentos, tenemos un millón de gracias por nuestros abogados", agregó.
Vergara López dijo además que no sabía por qué él y los otros 16 refugiados cubanos no podían permanecer en los Estados Unidos.
"Tal vez si ganamos el caso, podemos salir de Australia e ir a los Estados Unidos", dijo.
Los detalles del acuerdo mediante el cual el gobierno de Australia aceptó a estos 17 balseros cubanos nunca se hicieron públicos.
A pesar de la reticencia de los funcionarios a ofrecer declaraciones, el departamento de inmigración australiano dijo que su país y los Estados Unidos tenían "una larga historia de cooperación en objetivos mutuos y respectivos objetivos humanitarios", incluyendo reasentamiento de refugiados cubanos.
"Estos refugiados fueron evaluados por funcionarios gubernamentales australianos y cumplieron con los criterios para visas humanitarias y de refugiados, incluyendo rigurosos controles de salud, carácter y seguridad', dijo un portavoz.
El grupo de cubanos conoció de su relocalización en la lejana Australia hace 5 meses y llegaron a Brisbane a finales de julio después de viajar a través de la República Dominicana, Francia y Dubai.
Con información de The Guardian
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