La llamada Revolución del Fly Ball dio su primer gran fruto anoche, cuando el jardinero de Kansas City Alex Gordon disparó el cuadrangular número 5694 de 2017, récord para una temporada de Grandes Ligas.
Para Gordon fue apenas su octavo de la campaña, pero éste tendrá por siempre el valor agregado de haber servido para dejar atrás una marca establecida en el año 2000, en el apogeo de la Era de los Esteroides.
El outfielder de los Reales logró su bambinazo ante un envío de Ryan Tepera (Azulejos). “Participar en algo así es grandioso”, dijo, y señaló que no planea quedarse con la ya histórica pelota.
“La daré a Cooperstown”, afirmó.
Muchos entendidos en el juego han expresado públicamente su asombro ante la cantidad de jonrones que se han firmado en este curso. El propio manager de Kansas, Ned Yost, se declaró totalmente confundido ante este asunto, pues –aseveró- “los muchachos son más grandes, son más fuertes, pero también los pitchers”.
En 2016 se conectaron 5610 cuadrangulares, a razón de 2.31 por juego. Doce meses después, la media se ha elevado a 2.53.
Tan enloquecida ha resultado la carrera de los cuatriesquinazos, que un hombre (Giancarlo Stanton) puja por convertirse en el primero desde 1961 en llegar a 60 sin la ayuda del dopaje, y otro (Aaron Judge) batalla aún por alcanzar el tope para novatos fijado en 49 por Mark McGwire en el lejano 1987.
Citada por AP, la frase del mentor de Toronto, John Gibbons, resume lo que ocurre: “Realmente la pelota está volando”.
El pasado 10 de Septiembre, José Abreu le disparó 2 cuadrangulares al mismísimo MadisonBumgarner
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