Durante la novena entrada del Juego 3 de la Serie de Campeonato entre los Chicago Cubs y Los Ángeles Dodgers dos peloteros latinos protagonizaron una curiosa jugada.
El “caballo salvaje” Yasiel Puig conectó furiosa línea contra la valla del jardín izquierdo de Wrigley Field y, como casi siempre quiere una base más, él intentó convertir el batazo en doble.
No obstante, Puig encontró un certero tiro de Kyle Schwarber y la segunda base Javy Báez lo puso out. El intermedista boricua, que destila sangre latina y se caracteriza también por alegrar el juego, le apuntó con el dedo a Puig señalándole que no "a lo Dikembe Mutombo"
Puig no tomó la broma a mal y se sonrió, incluso saludó a Báez con una palmada en el muslo derecho. Los Cubs perdían 6x1 en la derrota más dolorosa de 2017.
Esta imagen nos prueba la naturaleza distinta del béisbol para los latinos, lejos de la arqueología pragmática de la vieja escuela. Báez entró en el terreno donde Puig vive constantemente, y donde busca compañeros que se unan a él.
Puig posee una energía demasiado extensa para un juego muchas veces estático y meditativo. El cubano alcanzó esta postemporada su punto más alto de madurez desde que llegó a Grandes Ligas.
Batear de 21-9, más de 400, un cuadrangular y seis impulsadas representan la inspiración necesaria para los Dodgers en octubre.
¿Por qué debería dejar de ser él mismo? Por el momento, Puig disfruta y el béisbol lo agradece.
"Eso es bueno, si a él le gusta, si él progresa en la forma que él juega bien por él", dijo Báez el domingo.
"Hay muchos peloteros que les llega mucha eso, el 'flow' de él. Pero a mí no. Yo dejo que sea él y yo soy yo... Yo juego mi juego siempre y dejo que todo el mundo juegue su juego", concluyó.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: