Más de 15 mil personas, principalmente africanos, han cruzado ilegalmente la frontera de EE.UU. con Canadá este año buscando refugio.
Según datos aportados por los servicios de inmigración canadienses, la mayoría de ellos huyen del territorio norteamericano ante el temor de ser deportados por el gobierno del presidente EE.UU. Donald Trump, quien ha arreciado las cacerías de ilegales en todos los estados de la nación desde su llegada al poder.
El gobierno canadiense dice haber procesado todas las solicitudes, en las que figuran incluso personas que tenían un estatus legal dentro del territorio norteamericano.
Alrededor de un 69% de los casos tramitados han sido aceptados entre marzo y septiembre del 2017, según cifras proporcionadas por la Junta de Inmigración y Refugiados.
El miedo creíble a ser deportado, o el temor por su vida, ha sido la causa que muchos de estos inmigrantes han expresado ante un juez una vez que son llamados a declarar.
Las medidas impuestas por el gobierno de Trump entre las que se pudiera citar el llamado Veto Migratorio, o el retiro de fondos federales a las "ciudades santuario", así como el crecimiento del sentimiento supremacista blanco, han llevado a muchos de estos individuos a aventurarse en largas travesías y caminatas para cruzar hacia Canadá, un país tradicionalmente "cálido" en políticas migratorias.
Pero la afluencia de personas ha sido tan alta, que el gobierno canadiense se ha visto obligado a establecer hasta "campamentos" en la frontera, creando una crisis sin precedentes que esperan disminuya con la llegada del invierno.
Con información de Reuters
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