Rusney Castillo: No he perdido la fe

El avileño Rusney Castillo no para de entrenar. Diariamente, en el campo y fuera de las instalaciones deportivas, se juega su futuro, sabedor de que un 2018 es posible su regreso a Las Mayores.

“Mi único objetivo es controlar mi trabajo, mantener el esfuerzo, que el equipo vea mi ética dentro y fuera del terreno'', expresó hace unas horas el cubano.

“No puedo hacer otra cosa que llegar a la primavera en la mejor forma posible. Mucha gente quiere verme en Grandes Ligas. Mi trabajo ahora es para facilitarles el de ellos en unos meses”, manifestó en diálogo con El Nuevo Herald.

Durante la última temporada, el guardabosque no vio acción en las Grandes Ligas con su equipo Medias Rojas de Boston, a pesar de desforrar la rawligns en Triple A, con el Pawtucket. A ese nivel, cerró con destacada línea ofensiva de .314/.359/507, además de mostrar otras mejorías anclado en el home plate. "Los números fueron buenos. Si no me llevaron al equipo grande no fue por cuestión de números, sino por otras cosas”, aclaró.

Ahora, con la llegada de un nuevo manager a Boston, Castillo anhela remendar el pasado y demostrar el potencial que un día muchos vieron en él. "En lo personal Alex Cora y yo somos buenos amigos. Lo felicité dos veces: por el título en la Serie Mundial y por su nombramiento en Boston. Mantenemos un canal abierto de comunicación''.

Con una estatura de 5.9 pies y algo más de 200 libras de peso, Rusney habla del boricua Cora, porque reconoce que lo primero que necesita para brillar es tener la posibilidad de hacer su trabajo en una franquicia histórica. "Él me dirigió en Puerto Rico. Me motiva saber que tiene las mejores referencias de mí”, comentó.

El pelotero antillano también le restó importancia a lo rumores y dejó claro que su meta es elevar su nivel, encontrar su óptima forma deportiva y enseñar en la grama sus potencialidades como jugador. "Ni miro para los posibles cambios, trato de no interesarme más allá de lo normal”.

“A mí lo que me gusta es estar en el terreno de pelota el mayor tiempo posible. No he perdido la fe de que pronto estaré en los estadios de Grandes Ligas, jugando al máximo de mis habilidades'', dijo la misma persona que el 22 de agosto de 2014 firmó un contrato de 72.5 millones, en su momento el más alto de un cubano en la Gran Carpa.

Cuando era considerado uno de los mejores jardineros de la Serie Nacional, el avileño se mostró en la Copa Mundial de Panamá en el 2011, tras batear para .512, con ocho extra bases –incluidos dos jonrones- en 10 partidos. Meses después decidió emigrar -no sin varios contratiempos-, y se erradicó en Haití desde donde comenzó el proceso de la agencia libre bajo la guía de Roc Sports Nation.

Rumbo al 2018, su realidad es un manojo de dudas, pero Rusney quiere erigir un Castillo, firme y seguro, en busca de la grandeza con los Medias Rojas de Boston.

Con información de El Nuevo Herald.