Si un equipo salta a la vista sobre todos los otros del grupo mundialista C, ese es Francia.
La selección de Didier Deschamps es un escaparate de talento con mucha dinamita en el ataque (Griezmann, Mbappé, Dembelé), solidez e inteligencia en el medio (Pogba, Kanté, Kondogbia), y una zaga encabezada por el resolutivo Umtiti, convertido de la noche a la mañana en indispensable para el Barça.
Temibles en la ejecución de contragolpes, Les Bleus partirán como serios candidatos al trono de Rusia 2018, siempre y cuando se les autorice a llevar al campo las dosis suficientes de libertad individual e inspiración.
“Aún no tenemos el mismo nivel que Alemania, España o Brasil”, ha dicho su DT. “Todavía no somos capaces de controlar nuestros partidos con la misma autoridad que ellos, pero tenemos un equipo competitivo y fuerte, con un gran potencial”.
No obstante, la llave tiene a otros dos aspirantes de fuerza para llegar a los octavos...
Uno es Dinamarca, que mandó claras señales de autoridad cuando goleó a Polonia (4-0) y, ya en la repesca, a la República de Irlanda (5-1). Los daneses ponen sus ilusiones en las botas de Christian Eriksen, el volante del Tottenham que firmó 11 dianas en 12 desafíos con triplete incluido en el duelo de Dublín. El equipo trabaja bien por los extremos mediante Poulsen y Pione Sisto, y su duda fundamental está en la elección del delantero titular, plaza por la que optan Nicolai Jorgensen, Andreas Cornelius y Nicklas Bendtner.
El otro es Perú, que regresa a estas citas después de una larga espera que abarcó casi cuatro décadas. Los incas llegarán bajo la égida de Ricardo Gareca, “culpable” de la recuperación de un estilo que prioriza la posesión y el toque en corto. Se trata de un conjunto muy joven (24 años de edad promedio) con referentes bien delimitados en cada sector de terreno y un hombre, Paolo Guerrero, en plan de general indiscutible.
El grupo lo completa Australia, que debió clasificarse en el repechaje frente a Honduras luego de ubicarse detrás de Japón y Arabia Saudí en su llave del continente asiático. El principal problema que tendrán que solucionar los Socceroos –además de su consabida escasez de calidad individual- es la sustitución del entrenador Ange Postecoglou, quien dimitió inexplicablemente tras garantizar el boleto mundialista de la escuadra.
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