José Mourinho ha vuelto a protagonizar un incidente lamentable, aunque esta vez –a diferencia de cuando le metió un dedo en el ojo a Tito Vilanova- no llevó la mejor parte.
Resulta que después de que el Manchester United cayera 2-1 frente al City, el entrenador lusitano se presentó en el vestuario de los ganadores para exigirles mesura en la celebración de la victoria.
“Más respeto”, reclamó el controvertido DT, y enseguida se lió en una batalla verbal con el portero Ederson, acaso el más eufórico dentro del bando citizen.
Encabezados por Romelu Lukaku, los jugadores del United que habían seguido a Mou respondieron acaloradamente, y la riña no tardó en cobrar a su primera víctima... que fue el propio Mourinho, a quien le lanzaron chorros de agua y recibió un golpe en la cabeza con una botella de plástico vacía.
Sin embargo, el más perjudicado acabó siendo Mikel Arteta, un ex jugador del Arsenal que ahora se desempeña como asistente de Josep Guardiola.
Según reportes de varias agencias, Arteta abandonó la escena con un corte visible en una ceja, aparentemente provocado por el descompuesto Lukaku.
En la pelea habrían participado alrededor de veinte atletas y personal técnico, con destaque para el entrenador de porteros del United, Silvino Louro, uno de los colaboradores más cercanos del estratega portugués.
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