La asesora del Senado de Argentina Antonella Marty, denunció el lunes la hipocresía del gobierno de Cuba, que promociona campañas contra la violencia hacia las mujeres, mientras ordena la detención violenta de las Damas de Blanco y otras opositoras.
En una columna del PanamPost, de la cual es autora, Marty relató que vivió en Cuba “cosas que jamás pensé ver”. “Sabía muy bien que el comunismo no funciona. Jamás funcionó, en donde sea que se haya probado”.
“Déjenme decirles, ya había estado en Venezuela, pero esta vez lo vi con mis propios ojos, viví en carne propia la dictadura más larga de América Latina”, reza el texto.
A lo largo de la pasada semana, Marty tuvo la oportunidad de reunirse con las Damas de Blanco. “Mujeres a las que el régimen da golpizas a diario por el simple hecho de marchar de modo pacífico, vestidas de blanco y pidiendo lo más sagrado que puede tener el ser humano: libertad”, destacó.
La argentina denunció que los medios de comunicación de Cuba estuvieron plagados de propaganda política por la semana contra la violencia de género, “donde el castrismo se llenó la boca hablando en contra de la violencia a la mujer, pero por detrás y desde hace años, matan y golpean a estas valientes mujeres que marchan por la paz y la libertad del pueblo cubano”.
“Esta es otra de las características de estos movimientos populistas y dictatoriales, como lo es el régimen de los Castro: la hipocresía y la doble cara son pan de cada día (…) Estos mismos castristas que se llenan la boca hablando en contra de la riqueza, tienen a un Fidel Castro que falleció con una fortuna de 900 millones de dólares, mientras el pueblo cubano muere de hambre”, expresó.
El modus operandi del régimen cubano, a decir de la autora, sigue siendo el de Ernesto “Che” Guevara, “personaje nefasto de la historia cubana que, como hemos visto con anterioridad, hoy día se ha convertido en un ícono del revolucionario del siglo XXI y lamentable ejemplo a seguir de la juventud”.
La asesora política recordó una cita pronunciada por Guevara en el año 1966 durante la Conferencia Tricontinental: “El odio como elemento de la lucha; el odio inflexible contra el enemigo, que empuja al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, haciendo de él una efectiva, violenta y selectiva máquina de matar, con la sangre fría”.
“Es así como sigue operando el comunismo castrista, con odio, violencia y represión”, concluyó.
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