Casi 22.000 multas les fueron aplicadas a cuentapropistas cubanos durante el actual año por no respetar los topes de precios establecidos por el Ministerio de Finanzas y Precios a diversos productos de alta demanda o escasez en el el país, afirmó hoy el diario Escambray. Según el reporte, las multas están relacionadas con "el irrespeto a las tarifas oficiales".
Obviamente, ante la escasez y el acaparamiento, el principal afectado ha sido el consumidor, cuyo bolsillo no alcanza. El diario espirituano refleja en sus líneas que la libra de tomate se paga ya a 25 pesos, que la libra de malangas a $12 y que el precio del ají anda también por las nubes.
Una libra de limón en la capital cuesta 25 pesos; los huevos "no tienen precio", porque nadie se arriesga a venderlos "fuera de la ley", mientras que la libra de carne de puerco supera los 20 pesos, y el plátano ha triplicado su valor respecto a meses anteriores.
En esta especie de "historia de nunca acabar", donde el revendedor también paga a precios elevadísmos los productos que consume, incluidos los que vende el estado en sus tiendas recaudadoras de divisas, el Consejo de la Administración Provincial de cada territorio, en coordinación con los órganos de gobierno, adoptaron resoluciones y medidas para "darle fin" a la especulación de revendoderes y vendedores. Obviamente, solo a los cuentapropistas.
En el caso espirituano, se fijaron - según la Resolución No. 27 del 2017 -, la libra de papa a 1 peso; la de plátano de fruta, 1.40, la de tomate a 4.20; y la de plátano a 2. 60. No obstante, en estos últimos lugares los vendedores siguen haciendo malabares con las pesas, de manera que a veces el consumidor paga más libras de las que lleva.
"Hasta el cierre de noviembre -dice la nota de Escambray - "los inspectores de la Dirección Integral de Supervisión (DIS) habían aplicado 21 895 multas por un valor de 815 380 pesos". Asimismo destacan la labor de la Policía y las autoridades del territorio que supervisan el trayecto de los alimentos de los surcos a las tarimas.
"No importa que no haya un producto, hay que venderlo como está establecido. Los decretos se han impuesto por las afectaciones al consumidor, ya sea porque no se le da la cantidad de producto establecido o por el cobro de más en alimentos que tienen los precios topados. Específicamente, a los trabajadores por cuenta propia se les aplica el Decreto-Ley No. 315, artículo 6, inciso k, el cual contempla multas de hasta 700 pesos por violar los precios establecidos por las autoridades competentes”, explicó Deivy Carrera Calderón, jefa de grupo de la DIS.
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