Las cinco voces a que se refiere el título del libro alude a igual número de autores que firman el volumen: Dulcila Cañizares, Marta Valdés, Margarita Mateo, Joaquín Borges Triana y Guillermo Rodríguez Rivera.
Presentado en la Casa de las Américas por el cantautor Silvio Rodríguez, fundador del sello Ojalá, junto con el guitarrista, editor y musicólogo Radamés Giro, el libro fue considerado por este último “la más monumental y hermosa historia del género en nuestro país”.
Giro también ha sentenciado elogioso que los cinco autores “lograron un acople digno del mejor de nuestros quintetos, pues trazaron con sus sellos personalísimos el panorama que ya nos resultaba imprescindible, con el que pudiéramos contar para obtener una visión abarcadora bien completa de un género variado y característico de la musicalidad cubana, pues lograron entre sus textos una secuencia lógica, apegada a la verdad histórica”.
La canción en Cuba a cinco voces se fue escribiendo y madurando a lo largo del tiempo, pues en esta obra colectiva cada autor evoca una época de brillantez en el género de la canción: Cañizares se ocupa de la trova primigenia; Marta Valdés, del plazo entre 1930 y 1960; Rodríguez Rivera atiende la llamada década prodigiosa, mientas que Margarita Mateo asume los años 70 y la nueva trova; y Borges Triana ensaya sobre los años ochenta hasta fechas recientes.
El volumen fue juzgado por Pedro de la Oz en el periódico Granma como “joya bibliográfica por su esmerado y deslumbrante diseño (Esteban Niebla) y la prolija galería de imágenes”.
La canción en Cuba parte de una verdadera tradición, que nunca significa “testimonio de un pasado muerto, sino fuerza viva que anima e informa el presente” porque “la tradición supone la realidad de lo que dura…”, y “…una tradición se reanuda para hacer algo nuevo…”
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