El mítico ex jardinero Javier Méndez y mánager por dos años con los Industriales aseguró en entrevista a Play Off Magazine que está listo para volver a asumir la dirección del equipo Azul.
Javier Méndez abandonó el año pasado las riendas de Industriales por la enfermedad de su hija, cuya recuperación lo vuelve a poner disponible y en condiciones regresar a su equipo de toda la vida.
“Me encantaría volver a dirigir, aunque sabes que eso no depende de mí ahora, hay otros factores. Pero si preguntas por mi disposición, es que sí. Estoy dispuesto a volver a dirigir Industriales”, dijo a Play Off.
En la pasada temporada, Víctor Mesa llenó el hueco dejado por Javier. Aunque no lo hizo mal en términos de resultados, pues el acceso a la segunda etapa es ya una actuación meritoria en esta psicótica Serie Nacional donde más de la mitad de los equipos se evaporan a mitad de temporada, dejando huérfanos de club a millones de fans; el Industriales de Víctor llegó con la lengua afuera a la postemporada, donde no pasó de la fase semifinal.
Normalmente un cuarto puesto tampoco es un mal resultado, pero sí lo es si se tiene en cuenta que se logró a costa de desfigurar al conjunto Azul, de transformar a Industriales en el feudo particular de los antojos de Víctor Mesa. Por cada alegría producida en los aficionados con las victorias de Industriales en la pasada campaña, Víctor provocó el triple de disgustos por sus modos incomprensibles de dirigir.
De la intuición al exabrupto, de la decisión incoherente a la gritería insensata, Víctor le robó a los Industriales un show que le pertenece, que es propiedad de los jugadores, no de los entrenadores. Tras cada error, tras cada equivocación de los peloteros, cosas que están en el juego de pelota, una cámara curiosa y avergonzada enfocaba los rostros iracundos de Víctor, sus ojos con chispas, su boca con culebras, sus gestos irrespetuosos que malgastó para insultar a Torriente, a Malleta, a Frank Camilo. Yo no sé que pensarán otros fans de Industriales, pero yo simplemente no quiero ver a un director insultando a Frank Camilo. Por lo menos no en público.
Javier Méndez es todo lo contrario. Dirigió Industriales con la misma serenidad con que metía jonrones decisivos o con que se ponchaba, algo que le pasó poco. Aceptó sus fracasos como pelotero, sus lesiones, sus exclusiones del equipo Cuba, con la misma dignidad con que se tragó el décimo lugar de Industriales en el campeonato antepasado. Y siempre con la idea fija y casi heroica de querer ser mejor para la próxima, a pesar de todo, y no de cogerla con los otros y de echarle la culpa a los demás. En 2002, cuando todavía era pelotero, los fans de Industriales pensaban que ya estaba viejo y que no rendía como antes. Cuatro años después, le dijo adiós al béisbol, convertido en el mejor bateador de Cuba.
Javier ya está listo para volver. Industriales debería estarlo también.
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