Cifras del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) divulgadas este lunes en un seminario sobre longevidad que se celebra en La Habana por estos días, confirman que Cuba continúa siendo una de las poblaciones más envejecidas de América Latina.
Al cierre de 2017 un 20.1 por ciento de la población de la Isla tenía o superaba los 60 años de edad, lo que quiere decir que 2.2 millones de cubanos ya transitan la tercera edad.
De acuerdo con previsiones oficiales, para el año 2020 los cubanos mayores de 60 años serán el 21.5 % de la población, y en 2030 la cifra podría dispararse al 30.3 %.
Si se cumplen los pronósticos actuales, se estima que Cuba, con 11.2 millones de habitantes, se convierta en el noveno país del mundo con la mayor población de ancianos para el año 2050.
Datos tan alarmantes indican que uno de los grandes desafíos de la sociedad cubana en los próximos años es adoptar medidas para asumir esa problemática social y económica, que también supone un reto para el sistema estatal de salud.
Las medidas para estimular la natalidad no parecen ser suficientes, entre ellas la extensión de los beneficios de la maternidad, que incluyen la remuneración de otros familiares al cuidado de los hijos y que recortan impuestos mensuales a las trabajadoras cuentapropistas.
A la baja natalidad se suma el progresivo incremento de la esperanza de vida de la población, que en Cuba ronda ya los 80 años.
Actualmente en la Isla hay 2.526 personas que tienen o superan los cien años de edad, la mayoría de ellos mujeres.
Según estadísticas oficiales, más del 87 % de los cubanos sobrevive a los 60 años y las proyecciones indican que en la próxima década lo hará el 90 %.
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