El Parque Lenin está en franca decadencia. El próximo 22 de abril cumple 46 años y lo celebrará con muy pocos equipos funcionando.
La llamada montaña rusa fue dada de baja definitiva. Lo mismo le ocurrió al popular cosmonauta del parque de diversiones más grande del país. Tampoco funcionan ni el hidrodeslizador ni los elefantes voladores.
En sus inicios este fue un complejo de refrencia para la familia cubana. Tenía piscinas, una presa, áreas de acampada, un acuario, varios restaurantes y más de una veintena de aparatos en uso.
En 2007 estaba en ruinas y decidieron repararlo. Acaparó portadas de los medios oficialistas como un parque renovado y moderno. El Gobierno le compró a China 28 equipos nuevos entre los que se encontraba la montaña rusa.
Como es costumbre, en el presupuesto no garantizaron las labores de conservación y cinco años después ya no funcionaban los equipos inflables, por ejemplo.
Esta semana, Yuneisy Hernández Rodríguez, subdirectora del Parque, explicó a la prensa que estaban funcionando con 16 equipos de los 18 que les quedan.
Los clientes se quejan de que además de los pocos aparatos que trabajan y las infinitas colas para acceder a ellos, no hay apenas restaurantes ni cafeterías para comprar comida a los niños. Solo abren dos ranchones con una oferta reducida de alimentos.
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