El expresidente de Cuba, Raúl Castro, intervino este jueves 19 de abril ante la Asamblea Nacional del Poder Popular para defender la elección de Díaz-Canel como su sucesor y hablar de su futuro.
"Cuando yo falte, Díaz-Canel puede ser el primer secretario del Partido Comunista", aseguró ante los diputados en su primer discurso como exmandatario. Hay que recordar que en el año 2021 está previsto que se celebre el VIII Congreso de la formación.
En este sentido también afirmó que el nuevo dirigente cumplirá sus dos mandatos, de cinco años cada uno.
Asimismo justificó que abandone el poder sin reformar la Constitución. "Dije que a partir de hoy Cuba tendría un nuevo presidente, no era necesario realizar una reforma constitucional para empeñar la palabra dada", manifestó ante el Parlamento.
Castro defendió la renovación de la Asamblea Nacional, la representación femenina, así como la "masiva participación ciudadana", a la que calificó como una "muestra de respaldo a la Revolución y democracia socialista".
De igual manera elogió la figura de Salvador Valdés, nuevo Primer Vicepresidente, al mismo tiempo que defendió la forma en que se ha llevado a cabo el proceso de sucesión continuista.
"Díaz-Canel no es un improvisado porque ha demostrado madurez, solidez ideológica, sensibilidad política, compromiso y fidelidad hacia la Revolución", añadió.
A pesar de este cambio, los cubanos en la Isla ya mostraron días atrás una mezcla de escepticismo y pesimismo sobre el futuro que les espera.
"El futuro nuestro ni lo sabemos ahora mismo", dijo una profesora en La Habana en declaraciones recogidas por 'Reuters'.
Raúl Castro y las decisiones trascendentales
La llegada al poder de Miguel Díaz-Canel estará marcada en cualquier caso por el poco margen de maniobra ya que el Partido Comunista sigue siendo la fuerza política motriz de la isla y continuará siendo encabezado por Castro hasta 2021.
Este hecho no pasó desapercibido en el discurso de investidura del nuevo presidente, que anticipó que Raúl Castro "encabezará las decisiones trascendentales de presente y futuro".
En su primer discurso también dejó claro que "no hay espacio para una transición que destruya tantos años de lucha", lo que ratifica que más que un proceso electoral se ha producido un proceso de continuismo político.
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