La actuación policial durante las protestas que tuvieron lugar el año pasado en Venezuela sigue dejando historias de familias marcadas para siempre por el dolor.
Este fue el caso de Glenis Araca, madre de un joven asesinado en las protestas, que se quitó la vida este martes 1 de mayo en su residencia, según la información del diario 'El Carabobeño'.
Tras el fallecimiento de su hijo, el estudiante Daniel Queliz, Glenis apenas salía de casa y era, Alexander Queliz, padre del chico, el encargado de pedir justicia por el trágico suceso ocurrido en abril de 2017.
Daniel se encontraba manifestándose contra el gobierno de Maduro en el conjunto residencial Los Parques, en la parroquia Miguel Peña, al sur de Valencia, cuando un disparo en el cuello defenestró su vida y sumió en un dolor irreparable a sus padres, que estaban en Chichiriviche para encontrarse con su hijo.
Los funcionarios policiales cargaron contra el grupo de ciudadanos empleando bombas lacrimógenas y armas de fuego.
Tras los hechos cinco policías fueron arrestados, pero solo fueron condenados el supervisor jefe Marcos Ojeda y el oficial Edwin Romero por los delitos de homicidio intencional, uso de armas orgánicas y alevosía.
"El no era ningún malandro, no fue un enfrentamiento, lo mataron a mansalva, quiero que esto llegue a los derechos humanos porque esto es un crimen de lesa humanidad y no va a prescribir. Quiero que ellos paguen lo que hicieron con mi muchacho", aseguró entre lágrimas Araca el día siguiente de la muerte de este estudiante de derecho de la Universidad Arturo Michelena.
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