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“En Cuba contamos con deportistas de talento suficiente para no tener que sufrir en la pelota ni en otras disciplinas”

"Soy de los que cree que la mejor imagen está por hacerse; por eso, salgo todos los días en pos de ella”.

Fotógrafo deportivo Ricardo López © Cortesía del entrevistado
Fotógrafo deportivo Ricardo López Foto © Cortesía del entrevistado

Este artículo es de hace 5 años

Cuando aún era estudiante de Periodismo en la Universidad de La Habana y mi instinto me conducía a pistas, estadios y canchas conocí a uno de los mejores fotógrafos deportivos de Cuba en esa época: Ricardo López.

Mucho aprendí viendo su profesionalismo. En esas competencias solía ir acompañado por su hijo, un chico despierto, siempre atento a lo que su papá hacía.

Pues bien, hoy me complazco en entrevistar a ese niño, el para mí mejor foto reportero del momento en nuestro país: Ricardito López Hevia.

¿Qué es para ti la fotografía deportiva?

“Tengo 48 años y llevo 24 en la profesión; te podrás imaginar lo que es para mí. ¡Mi vida!”

Me imagino que la fotografía te llega por tu papá.

“Sí, y por mi tío Raúl, ¿recuerdas? Los hermanos López del periódico Granma. Soy de una familia numerosa: seis hermanos, cinco hembras. Tengo tres hijos, Amanda, Massiel y Ricardo. Soy un hombre familiar”.

¿Cómo te conviertes en lo que eres hoy?

“Es larga la historia. Yo soy Licenciado en Cultura Física desde el 2003 así como Técnico Integral de Veterinaria, 1989. En eso tengo cuatro especialidades, fíjate si me gustaba esa profesión.

“Pero nunca ejercí; tuve que apoyar a mi mamá, tras concluir el Servicio Militar. Ella era vicepresidente de la ACA (Asociación de Artistas Artesanos). En mi casa se hacía orfebrería, trabajo con metales. De ahí viene nuestra sobrevivencia en aquel período especial tan duro.”

Entonces, de veterinario y orfebre, ¿cómo nace el fotógrafo?

“Siempre tuve el aquello de ser como papi. Mi padre, divorciado de mi mamá antes de yo nacer, me llevaba con él a su trabajo. Con él asistí a cuatro Vueltas Ciclísticas a Cuba, varios torneos de boxeo Córdova Cardín, muchas Series Nacionales de Béisbol.

“Yo le cuidaba sus equipos. Guardo grandes emociones de esos tiempos de mi niñez. Ví jugar a Armando Capiró (jardinero capitalino con uno de los mejores brazos de la pelota cubana), a Rey Vicente Anglada, el segunda base y áanager, en todo su esplendor.

“Salíamos del estadio directo al laboratorio del periódico: revelado, impresión, secado y entrega final (procesos de aquella época; recuerden que no había digitalización). Yo lo veía como un juego pero ¡cómo aprendí!”

¿Qué edad tenías cuando aquello?

“Entre los 3 y 4 años y hasta los 9. Ahí se fomentó mi amor a la profesión. No te das cuenta en ese momento, pero la semilla quedó sembrada. Y es que siempre me gustó la fotografía sin saber lo que era en sí. Observaba la composición de una imagen.

“Caminando por la calle me daba cuenta de un buen plano; componía cuando andaba. Llevaba por dentro esas inquietudes. Trabajé en los Juegos Panamericanos Habana 91 y estuve en Granma tratando de ganarme una plaza, pero mi mamá sufrió un accidente y yo tuve que responsabilizarme por toda la familia.”

Pero regresaste al periódico.

“Sí, en Granma tengo toda mi familia. Somos uno; me abrieron los brazos de inmediato, nada más la vieja se recuperó. Te cuento que a finales de agosto de 1994 me levanté y le dije a mami: ¨me voy con papi que es lo que quiero hacer. Los metales no son lo mío; era mucha creación pero espiritualmente no me satisfacía.

“Ese día fui a ver al viejo y él me dijo: '¿te decidiste? Lo único que te pido es seriedad e interés'.

“'Despreocúpate que voy a tratar de ser el mejor del mundo'. Ahí supe que ése era mi camino.”

He compartido con Ricardito muchísimos eventos y siempre he recibido de él, apoyo, respeto, consideración, amor. Es de todos mis colegas de la prensa escrita el que más cercano ha estado de mí. Y sus comienzos son, como casi en todos los casos, muy difíciles.

“El 15 de septiembre de 1994 empecé de laboratorista. No fue fácil. Dos años revelando el producto del hacer de 15 fotógrafos, con estilos y formas de hacer distintos. Horas y horas trabajando con fotos que eran hechas con visión, método y estructura diferentes.

“Al cabo de un año la enseñanza recibida era mucha. Ésa es la vieja escuela. Ahora, la digitalización trae aparejados otros métodos. Una cosa negativa es lo fácil que se llega a la responsabilidad que tiene este trabajo, el portar una cámara, sea el medio o la historia que sean. Eres un biógrafo visual; eso es historia.”

Se deduce que eres de los que opinas que si llegas fácil nunca llegas, ¿no?

“Más o menos. A mí, a Ricardo López Jr. le costó muchísimo su posición actual. Primero, ser el fantasma de mi padre, uno de los mejores foto reporteros del país (no que yo lo diga, tú lo sabes).

“Segundo: el choque generacional, no sólo mío sino de todos los que entramos juntos y teníamos otra visión, otra forma de hacer; y claro, no nos lo permitían.

“Tercero: me costó tres años de laboratorio y otros cinco como fotógrafo, encontrar mi espacio.”

Espacio deportivo, ¿no?

“Yo he hecho de todo. Ricardo padre y mi tío Raúl eran los especializados en el deporte. Raúl, cuando papi le daba un chance; luego mi tío se dedicó a otras temáticas y ahí es que se me da la oportunidad de trabajar con mi pasión: ¡el deporte! Mi padre me dejaba hacer algo cuando le coincidían dos eventos a la vez.”

Recuerdo aquello. Yo tuve el placer de verlos trabajar a los dos y cuando te veía siempre me metía contigo.

“Qué, ¿el viejo te dio un chance?”

Y tú sonreías, por cierto siempre era una sonrisa triste. A partir de ahí, ¿se te abrieron los caminos?

“Qué va. Todo esto fue con dos niñas chiquitas que se llevaban cinco meses; un salario de 171 pesos; estudiando la Licenciatura en Deportes en el Instituto Superior Fajardo; todo esto, trabajando en el periódico de las cinco de la tarde al cierre.

“A esa hora de la madrugada regresaba a casa corriendo; sí, literalmente hablando, corriendo: siete kilómetros. Así entrenaba, me mantenía físicamente bien. Me bañaba, desayunaba y al agro a ayudar a un amigo que me daba 20 pesos. De ahí al Fajardo a estudiar la carrera o a cubrir una competencia para el periódico. ¡Casi nada! Te lo cuento y me estremezco. ¡Fue una lucha titánica!”

¿Y cuándo es que Ricardito López Hevia asciende, deportivamente hablando, a planos estelares?

“Pues, con la cobertura del niño Elián González: siete meses llenando las páginas del periódico con fotos que no fueran repetitivas, que no aburrieran. Tuve que desarrollar técnicas novedosas que luego me sirvieron para mi actual labor: ser un foto reportero deportivo apto, eficiente, inteligente, capaz.”

¿Cómo logras colarte en el imperio de tu padre?

“Poco a poco. Él ya se cansaba; menos la pelota y el ciclismo, que nunca me los cedió, me dejaba hacer atletismo, voleibol, boxeo, otros.

“Un periodista de Granma me confesó que mi padre le decía: 'tengo que llevar poco a poco al muchacho porque tiene todas las condiciones para ser mejor que yo'. Te puedes imaginar su grado de exigencia para conmigo.”

Siempre tenemos personas que nos han ayudado en nuestra vida.

“Por supuesto. A mí me ayudaron muchos. Primero, mi papá y mi tío; después destacados profesionales del lente como Jorge Oller, Emilio Argüelles, Jorge Luis Toca, entre otros.”

¿Qué sucede en el 2003 que tanto te marcó?

“Una misión en Venezuela, con Chávez. Resultó mi trabajo tan eficiente que al regresar un año después, además del deporte, me enviaban a las actividades de primer nivel.”

Seguimos con el deporte. ¿Cuántos eventos de gran jerarquía han adornado tu carrera?

“Cuatro Juegos Olímpicos, tres Panamericanos, dos Centrocaribes, cuatro Clásicos Mundiales de Béisbol así como Ligas Mundiales de voly, Vueltas Ciclísticas a Cuba, torneos Barrientos de atletismo y Girón de boxeo. Muchos realmente.”

Y, precisamente, en uno de ellos, a esta reportera Ricardito López le salvó la vida. Estábamos en el Pre Mundial de Béisbol, año 2009, y yo había conseguido que el extraordinario cantante puertorriqueño Gilbertico Santa Rosa accediera a una entrevista en el hotel donde nos hospedábamos junto a los peloteros, pero al llegar, mi camarógrafo había ido a almorzar. Me vi envuelta en emociones múltiples. Si hacía yo la cámara no podía dialogar con el salsero; si no la hacía, entonces ¿quién?

Y ahí mismo me viré para Ricardito, quien al principio, pienso que por ética, se negó, pero que al verme desesperada tomó la cámara y sin trípode ni luces ni nada, me permitió hacer una de mis mejores entrevistas, nada menos que de 15 minutos luego de editada. Esta anécdota no podía faltar aquí. La excelencia de la fotografía de Ricardito López ha trascendido fronteras.

En el 2015, la prensa cubana se hizo eco de un reconocimiento que recibiste. ¿Cuál fue?

“El Perla de Plata que confiere la AIPS (Asociación Internacional de la Prensa Deportiva) que recibí en los Emiratos Árabes. La foto en cuestión la hice en los Panamericanos de Toronto en un combate de lucha femenina.

“Esa imagen fue elegida la mejor foto del día y una de las tres más votadas de todo el certamen. Me he sentido muy bien con esa distinción porque en Cuba hay muy buen deporte; por ende, excelentes profesionales siguiendo ese deporte, ya sean periodistas, camarógrafos o foto reporteros. Y que yo sea el ganador entre todas las seleccionadas en el planeta me colma de satisfacción.”

Los premios nacionales, ¿se pueden enumerar? Yo creo que ya perdiste la cuenta.

“No. Cada uno se guarda en un pedacito de mi corazón. He recibido en tres ocasiones el Premio Juan Gualberto Gómez a la obra del año; uno el Guillermo Cabrera a la obra de la vida; 10 en los tradicionales González Barros, 4 en el 26 de Julio y uno en el Chenar Piña.

“Por 5 años he sido jurado en Premios Nacionales; imparto conferencias nacionales e internacionales; por ejemplo, en Colombia, Panamá, Cuba; soy miembro de la cátedra de Periodismo Deportivo.”

Para poseer esta maestría en tu trabajo, tienes que estar muy seguro de ti. ¿Cuándo te diste cuenta de quién realmente eras?

“Hay un momento en que uno madura en su profesión. Que pasa de la responsabilidad laboral a la necesidad de creación. Me paguen o no. Sé que NO somos remunerados como merecemos; pero mi necesidad de creación está muy por encima de eso. Y ¿sabes? Eso lo aprendí de alguien a quien siempre admiré mucho, ¡tú!”

No soy sensiblera, pero las palabras de aquel niño hoy convertido en un hombre hecho y derecho, maduro, en plenitud de su vida y carrera, me emocionó. Pero, dejemos ahí el tema. Seguimos.

¿Te arriesgarías a mencionar a los 10 mejores deportistas cubanos de todos los tiempos?

“Son tantos. ¡Cientos! Pero en esa lista no pueden faltar el esgrimista Ramón Fonst, el ajedrecista José Raúl Capablanca, el saltador de altura Javier Sotomayor, el de longitud Iván Pedroso, la voleibolista Mireyita Luis, los púgiles Teófilo Stevenson y Félix Savón, los luchadores Mijaín López y Filiberto Azcuy, el pelotero Omar Linares, el pesista Daniel Núñez y la corredora Ana Fidelia Quirot. Son más de 10 pero bueno.”

Ricardito López es un verdadero especialista en la pasión del cubano: el béisbol. ¡Cuántas imágenes han salido de su mágico lente!

¿Qué opinas de la situación actual de la pelota cubana?

“Lo esencial es que nos enquistamos en una metodología que en un momento nos dio resultados; por muchos años funcionó. Pero los deportistas de ahora, sean peloteros, atletas, voleibolistas, no son aquéllos.

“El mundo del deporte evolucionó a otro nivel, sobre todo con la aplicación de la ciencia y la técnica, y nosotros no hemos podido dar el salto. Hay atraso en todo: entrenamiento, visión de formar a un atleta más competitivo. Pensamientos arcaicos que limitan el desarrollo integral del deporte cubano.

“En Cuba contamos con deportistas de talento suficiente para no tener que sufrir en la pelota ni en otras disciplinas.”

A propósito de temas escabrosos. Ricardito, en mis entrevistas por lo general hago esta pregunta. Si quieres contestas, si no, la pasamos por alto.

¿Estarías de acuerdo con que los deportistas cubanos que están por su cuenta en el extranjero, pudieran competir por nuestra bandera?

“Por supuesto. Equipo, atleta. Somos cubanos. Ahora mismo tenemos cinco de los mejores voleibolistas del mundo compitiendo en otras ligas, algunos con otras nacionalidades.

“Que quede muy claro, para cuando se cuente esta historia: NO fuimos nosotros, los periodistas, los foto reporteros, los camarógrafos los que no propusimos la unión.”

Me despido de 'Ricky Ricote' (le digo así hace muchísimos años) con una amplia sonrisa que él devuelve con otra que mucho me gusta, de oreja a oreja. Y ya en la puerta me dijo algo que he guardado para el final.

“Soy de los que nunca me doy por satisfecho. Siempre disfruto de mi trabajo y mis éxitos. Soy de los que cree que la mejor imagen está por hacerse; por eso, salgo todos los días en pos de ella”.

¿Qué opinas?

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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