Para beneplácito de mi amigo Pedro Omar Cortegaza y unos cuantos millones de fanáticos, José Dariel Abreu ha salido del slump que lo redujo a los abismos de los listados estadísticos, cosa que ayer corroboró frente al pitcheo de los Angelinos.
El cañón de los Medias Blancas pegó par de jonrones en cuatro oportunidades oficiales, con trío de vueltas al cuadro y sus carreras remolcadas 56, 57 y 58. Además, negoció una base y dejó su OPS en .780, bastante por encima del .744 que ostentaba hace una semana.
El primer cuatriesquinazo se lo dio a Nick Tropeano sobre recta de dos costuras a 90 millas, y el restante a Blake Parker (splitter a 80 mph). Así, Pito lleva hit en cinco juegos seguidos, en los cuales batea .400 (20-8).
El otro cubano que destacó en la corta jornada de jueves fue el inspiradísimo Yasmani Grandal (Dodgers), de 4-2 con dos impulsadas y un boleto.
El hombre empezó julio con .736 de OPS y ya anda por .852, y es el receptor con más jonrones (16), empujadas (52) y bases por bolas (42) en la Liga Nacional. Su proyección de HR/CI para fines de septiembre es de 25/82, y sus topes históricos en ambos indicadores son de 27/72, conseguidos en 2016.
Los otros miembros de la arada insular que salieron al diamante resultaron Adeiny Hechavarría (Rayos, 4-1 más remolque) y Yoan Moncada (Medias Blancas, 3-0 con dos boletos y anotada).
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