Este miércoles arribó a Port Everglades (Fort Lauderdale) un cargamento de más de cinco toneladas de cocaína -por valor de 729 millones de dólares- incautada por la Guardia Costera de Estados Unidos entre los meses de junio y julio de este año, en cinco embarcaciones que fueron interceptadas en aguas internacionales.
Aparte de la gran cantidad de cocaína decomisada en las costas de México, Centroamérica y Sudamérica, también fueron confiscados 22 kilos de marihuana.
Eric Helgen (comandante del buque Hamilton) ha aludido a "La tremenda cooperación y las alianzas con países de Centro y Suramérica" como piezas fundamentales en la lucha contra el tráfico de drogas.
Según ha destacado Washington Examiner, como resultado de la operación también fueron arrestados 57 traficantes.
Los buques Coast Guard Cutters Venturous, Steadfast y Alert incautaron la mayor parte de la cocaína, con la ayuda de Hamilton, Tampa y Mohawk.
"Las embarcaciones rápidas de bajo perfil suelen estar pintadas para mezclarse con el agua y están diseñadas para viajar bajo en el agua para reducir la firma de su radar, lo que las hace más difíciles de detectar para las agencias encargadas de hacer cumplir la ley", dijo el teniente comandante. Dave Ratner, ejecutivo a bordo de CGC Venturous, con sede en St. Petersburg (Florida).
Uno de los encargados de la operación ha celebrado el resultado, y destacó que se trata de toneladas de cocaína que no llegarán a las calles y que no se sumarán a las muertes relacionadas con las drogas y los problemas de salud que enfrenta Estados Unidos, en alusión indirecta a la llamada "crisis de los opioides".
En segundo lugar aludió a "cientos de millones de dólares están siendo negados a las organizaciones criminales transnacionales que propagan la inestabilidad, la muerte y la desesperación donde sea que operen ".
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