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“Joven ha de ser, quien lo quiera ser”… cantaba el casi olvidado Carlos Embale

Hace 95 años, el 3 de agosto de 1923, nació el injustamente olvidado cantante Carlos Embale

Carlos Embale © www.desmemoriados.com
Carlos Embale Foto © www.desmemoriados.com

Este artículo es de hace 5 años

Carlos Embale, el solista más popular y respetado que tuvo el Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, nació en 1923, y falleció en marzo de 1998, luego de un largo periodo de injusto olvido y declive, totalmente inmerecido para una de las grandes voces del son cubano de todos los tiempos.

Los de mi generación lo recuerdan, en los años setenta, cantando aquello de “joven ha de ser, quien lo quiera ser, por su propio voluntad, si en el corazón, vibra la emoción, nunca llegará el final”.

Embale inició su carrera en 1937 en un programa de aficionados La Corte Suprema del Arte, de la radioemisora CMQ. Aunque ganó dos veces el premio al mejor cantante nunca lo contrataron por ser negro.

Posteriormente cantó en la orquesta de Neno González, y en 1939, en la Fantasía, de José Ramón Fernández. En 1940 se presenta con el conjunto que actuaba en el cabaret La Carioca, de las playas de Marianao, “la ciudad que progresa”, como le llamaban entonces a dos municipios actuales: Playa y Marianao. Cuando no encontraba nada, tenía que irse al muelle a trabajar de barrendero.

También trabajó con la Orquesta Melodías del 40, y en 1946 ingresó en el conjunto Baconao, de Miguel Matamoros, que actuaba en la emisora Mil Diez. Con esta agrupación se mantuvo hasta 1953. El Conjunto Matamoros regresaba a Cuba luego de haber trabajado en México con Benny Moré. Matamoros debió buscarle sustituto y fue Carlos Embale.

Al año siguiente, en 1954, fundó un conjunto de guaguancó que lleva su nombre, y precisamente este género sería uno de los que le diera mayor notoriedad. Embale fue de los soneros que asumieron la rumba como algo propio.

También en 1954 pasó a formar parte del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, donde desarrolló la parte más reconocida de su obra. Además para Panart, Embale graba en 1958, junto a René Márquez y su Banda dos discos con cuatro temas, esencialmente sones montunos. Embale se separó del Septeto unos cuantos años más tarde, pero reingresó en 1976, para tener grandes éxitos como la canción citada antes: El final no llegará.

La voz de Embale se había hecho muy popular en 1978 con El final no llegará a través del programa televisivo Yo también soy joven, con guión y dirección de Loly Buján y Eugenio Pedraza Ginori. El tema que abría y cerraba el programa lo encargó Pedraza Ginori a Rafael Ortiz a partir de una letra suya.

Pero Embale estaba activo desde mucho antes. En 1964, Embale aparecía en el Coro Folklórico, y más o menos en esta misma época interviene en el documental Nosotros, la música, de Rogelio París, junto a Celeste Mendoza en un guaguancó para la historia. Años más tarde, Oscar Valdés incluye a Embale como uno de los nombres claves del guaguancó en La Rumba.

En 1979, Embale viajó a Nueva York con el grupo de Pello El Afrokán, y el pianista y musicólogo Odilio Urfé, y se presentó en el Carnegie Hall con notable éxito. Sus últimos años transcurrieron en un ambiente de lamentable pobreza, enfermedad y olvido.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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