En la provincia de Ciego de Ávila se reportan más de 1000 salideros en las tuberías de agua cada mes, según un reporte del periódico local Invasor.
De acuerdo con las autoridades de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de esa provincia, cerca del 60 por ciento de las tuberías que enlazan el conducto principal a las casas "no solo son viejas, sino también de cobre, y (...) el cloro que se le añade al agua desencadena reacciones que agujerean aún más lo deplorable".
Incluso, la propia directora de ingeniería de la empresa, María de la Caridad Liriano Álvarez, describe estas redes como "un colador".
De enero a julio de este año, los salideros reportados en el municipio cabecera fueron cerca de 200, siendo esta la situación más compleja, un 20 por ciento de lo inscrito por la provincia cada mes.
De acuerdo con Diosdado La Pera Martínez, especialista de mantenimiento en la Unidad Empresarial de Base, las zonas más afectadas abarcan "Fernando Calleja, desde A hasta el final. Calle D, desde Maceo hasta el reparto del Jiquí. Arnaldo Ramírez, desde Isabela hasta Serafín Sánchez. Onelio Hernández, desde Bembeta a Pedro Menéndez. Marcial Gómez, desde Serafín Sánchez a la Guajira".
El técino explica que algunos salideros se han solucionado con ligas al mejor estilo cubano, pero en otros casos han tenido los recursos. "Pones el racor, los enlaces, las abrazaderas, las mangueras que vienen pa eso… y se van. Es tanta la presión, que revientan", afirma.
Según Invasor, "la solución sería una millonaria inversión para “destapar” las añejas redes y cambiar buena parte de la tubería".
De acuerdo con Martínez, “eso todavía se está gestionando y debe ser con financiamiento externo, es muy costoso”.
No obastante, los especialistas han explicado que no todas las presiones las provoca el agua, ya que la segunda causa es la falta de rocoso seco que impide que, una vez arreglado el salidero, el hueco se tape de manera correcta.
“El rocoso seco alrededor de la manguera, la fija e impide que el movimiento dañe el trabajo. Es que, si no le rellenas bien y la calzas para que no se mueva luego, el peso del carro la flexiona y puede partirse. Cuando tú ves el piso medio hundido, es por eso, y ahí seguro viene la rotura otra vez”, dijo Rubén Ramos Reina, director de la UEB Acueducto y Alcantarillado, del municipio Ciego de Ávila.
“No tenemos transporte para buscar el recurso, no tenemos carro de volteo, y se vuelve un problema el asunto, la coordinación”, añade.
Rubén explicó que sus gestiones no han fructificado. "No todos los desarreglos podemos achacárselos al rocoso, pues, el propio directivo, reconoce que ha faltado entendimiento (coordinación) con quienes arreglan las calles, para intervenir antes de que el asfalto selle las fisuras de las redes", asegura el reporte.
El caso es que los habitantes avileños conviven en su día a día con esta problemática. Como se dijo anteriormente, haría falta una "inversión millonaria". De lo contrario, el panorama seguirá siendo el mismo: salideros, charcos en las calles, poca presión de agua, insatisfacción de los habitantes de esa provincia.
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