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Salen a la luz testimonios de estudiantes y profesores sobre los apuñalamientos en el politécnico Olo Pantoja

"Uno de los asaltantes se acercó a nosotros, me tiró al suelo y me dijo con guapería: ‘¡Esto no es con las mujeres, es con los hombres!’”, contó una maestra

Politécnico Olo Pantoja © Roberto Suárez/ Juventud Rebelde
Politécnico Olo Pantoja Foto © Roberto Suárez/ Juventud Rebelde

Este artículo es de hace 5 años

El grupo de personas que ingresó con armas blancas al politécnico Olo Pantoja, de La Lisa, y causó heridas a casi una decena de estudiantes actuó “al azar” y “no buscaban a una persona en específico”, según afirmaron autoridades del centro este domingo.

“Ellos no buscaban a una persona específica, agredían al que se les ponía delante. Lo hacían al azar, incluso los lesionados son de distintas especialidades”, dijo a Juventud Rebelde el director del politécnico Yohandis Cueria Angulo.

Sobre los hechos ocurridos el pasado lunes 17 de septiembre, el directivo relató que los agresores entraron a la escuela por el fondo, “donde la cerca perimetral está deteriorada”. Al momento del ataque, indicó, “hubo profesores y alumnos fuertes que combatieron bastante, les lanzaron sillas a los asaltantes”.

Cueria Angulo, quien dirige a una matrícula de 728 estudiantes y un claustro de 44 profesores, asegura que los atacantes no tienen relación alguna con el centro.

“Los agresores son jóvenes de entre 19 y 24 años de edad, y los alumnos de este centro tienen entre 15 y 17 años. Esta experiencia ha sido muy fuerte… En la escuela se hizo una reunión, pues los familiares solicitaban que se les aclararan muchas cosas, y en ese encuentro participó Ena Elsa Velázquez Cobiella, nuestra ministra de Educación”, dijo.

Sobre la seguridad, la escuela ha acordado poner mayor atención a las guardias docente y estudiantil, “porque, aunque tenemos custodios en las dos entradas, esta escuela es muy grande”.

Los agresores son jóvenes de entre 19 y 24 años de edad, y los alumnos de este centro tienen entre 15 y 17 años

Testimonio de las maestras

Todavía con nerviosismo, la profesora Georgina Llorente Barbastro contó a la prensa que se encontraba abriéndoles el aula a los muchachos cuando los agresores entraron. “De pronto siento a los estudiantes alterados saliendo del aula y veo a aquellos tipos con cuchillos en las manos”, narró.

“Yo también me alteré y traté de sacar a los muchachos para protegerlos; les indiqué que corrieran, pues vi que era algo peligroso, fuera de lo común. Ellos no entraron por la puerta principal, sino por la cerca del fondo. Cuando los vi, ya estaban dentro de la escuela, pero jamás pensé que podrían cometer esa locura”, afirmó.

De acuerdo con el reporte, las acciones investigativas permitieron en corto tiempo dar captura a los autores, quienes confesaron haber participado en la agresión y se encuentran bajo un proceso investigativo aún sin concluir.

Ellos no entraron por la puerta principal, sino por la cerca del fondo

Con más de 40 años de trabajo en Educación, Juana Castillo Torres asegura no había vivido nada igual. “Tengo la costumbre de estar siempre con mis alumnos, pues soy profesora guía de un grupo”, dijo.

“Cuando ocurrieron estos sucesos mis muchachos estaban en la clase de Educación Física. Me percaté de que había un hombre agrediéndolos y traté de entrarlos al aula. Uno de los asaltantes se acercó a nosotros, me tiró al suelo y me dijo con guapería: ‘¡Esto no es con las mujeres, es con los hombres!’”, contó.

La educadora se incorporó rápidamente para tratar de proteger a sus alumnos. “Estaba desesperada. No tenía nada con qué defenderlos, porque nosotros somos maestros de tiza y borrador, nunca se ha visto un arma en una escuela cubana”.

Georgina Llorente señaló el sitio por donde irrumpieron los sujetos. Foto: Roberto Suárez para Juventud Rebelde

Uno de los agresores había herido con una chaveta a uno de sus estudiantes en un muslo. “No me separé de él, le dieron cinco puntos, se recupera y está bien anímicamente. He hablado con su mamá y me dice que se incorporará a clases en cuanto pueda, pues la herida es en un lugar un poco incómodo para venir hasta aquí”.

Uno de los asaltantes se acercó a nosotros, me tiró al suelo y me dijo con guapería: ‘¡Esto no es con las mujeres, es con los hombres!’

Arianni Lays Welman, subdirectora docente del politécnico, subrayó que, “aunque todos estábamos en shock, nos mantuvimos a la viva”. “Lo vivido fue muy desagradable, y más cuando uno de los individuos regresó al comedor donde protegíamos a los estudiantes. En ese momento sacamos a los alumnos por la puerta contraria», expresó.

Uno de los agresores fue llevado al hospital y escupió a una enfermera

Uno de los estudiantes, “un joven muy tranquilo” según sus familiares, fue herido en la frente y el cuello. Su hermana relató a Juventud Rebelde que fue remitido al maxilofacial y luego al hospital pediátrico Juan Manuel Márquez.

“La situación para mi hermano era más compleja, porque tiene una operación de cadera reciente y algunas de las heridas fueron justamente donde están los dos tornillos que tiene colocados en el muslo. También tenía otra herida en el codo”, señaló la joven.

Ella recuerda que, cuando estaban en el policlínico, llevaron allí a uno de los agresores. “Parece que en el forcejeo él también estaba herido en una rodilla; pero a pesar de estar esposado, daba patadas, escupió a una enfermera, aquello no tenía fin”, añadió.

“Yo asistí el miércoles a la reunión de padres de la escuela. Allí hice varias preguntas respecto a la organización interna del centro. En este encuentro se aseguró a los padres que podían estar tranquilos, que no volvería a suceder, que habían tomado medidas importantes para la seguridad del politécnico. Esperamos que así sea”, manifestó la entrevistada.

Los agresores confesos continúan detenidos: la investigación no ha cerrado

Osmani Díaz Bruces, jefe de brigada de la cooperativa Dos Ríos y quien fue hasta el curso pasado director del politécnico, contó que se encontraba dentro de su oficina cuando sintió los gritos.

“Nos asomamos a la puerta de la oficina y vimos a los muchachos corriendo. Pensábamos que estaban jugando y seguimos en lo nuestro. Poco después la efervescencia aumentó y salimos a ver qué sucedía”.

Le dije: ‘¿Qué cosa estás haciendo?’ y comenzó a “boconearme”, a decirme que no lo tocara…”

Cuando Díaz Bruces arribó al lugar se encontró frente a frente a uno de los atacantes, quien vestía un pulóver azul y portaba una chaveta en la mano. “Entonces le dije: ‘¿Qué cosa estás haciendo?’ y comenzó a “boconearme”, a decirme que no lo tocara…”

“Cuando los dos comenzamos a caminar hacia la puerta de salida, no le vi sangre ni nada, pensé que solo estaba asustando a los muchachos, formando alboroto. Pero lo mío era sacarlo de la escuela, para que no siguiera allí. Logré que saliera y cuando regresé fue que me enteré de lo que ya había pasado”.

El ex director pensó que todo había terminado allí, pero al momento de salir sintió los gritos nuevamente. “’¡Viraron, viraron!’, y volví a correr junto a un policía que ya había llegado a la escuela”, contó.

“Él quiso confundir a la policía diciendo que no tenía que ver nada con el hecho, que venía pasando en ese momento por allí. Le dije que no fuera sinvergüenza, que yo era quien lo había sacado de la escuela con la chaveta en la mano”.

Según la nota, los agresores confesos continúan detenidos para posteriormente ser juzgados por los tribunales competentes, una vez concluya la investigación. Mientras tanto, en la escuela de la Lisa, el politécnico Olo Pantoja desarrolla normalmente sus clases, enfatizaron sus directivos.

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