El guionista y escritor William Goldman, conocido por ganar dos Premios Oscar por 'Todos los hombres del presidente' y 'Dos hombres y un destino', falleció este jueves a los 87 años, según la web Deadline.
El también autor de 'La Pincesa prometida' murió en su casa de Manhattan, rodeado de familiares y amigos. Según su hija su salud había empeorado desde el pasado verano por complicaciones de un cáncer de colon y neumonía. "Gran parte de lo que dejó escrito puede expresar quién era", dijo su hija a la agencia AP.
"Era el decano de los guionistas estadounidenses y generaciones de cineastas continuarán caminando por las huellas que puso", dijo el cineasta Aaron Sorkin en un comunicado. "Escribió tantas películas inolvidables, tantas novelas atronadoras y obras de no ficción, y aunque siempre desearé que haya escrito una más, siempre estaré agradecido por lo que nos dejó".
Goldman adaptó al cine el libro 'Todos los hombres del presidente' de los periodistas de The Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein. El escándalo conocido como Watergate, destapado por estos periodistas, le costó la presidencia a Richard Nixon.
La adaptación de Goldman le dió otro Oscar en 1977 como mejor guionista, en 1970 había ganado uno por 'Dos hombres y un destino', cuyo normbre original es 'Butch Cassidy and the Sundance Kid'.
Casualmente el actor Robert Redford actuó en estas dos películas de Goldman. “Me sorprendió un poco el éxito que tuvo. Se movió en todo un estrato social en nuestra sociedad ", dijo Redford de 'Dos hombres y un destino'.
William Goldman nació el 12 de agosto de 1931 en Chicago, Estados Unidos. Su carrera comenzó tras graduarse de un Máster en Inglés por la Universidad Columbia en 1956. Pese a la fama y los numerosos premios alcanzados con sus guiones, que no solo incluyen Oscar, Goldman se consideraba un novelista. Al respecto dijo "un guión es una pieza de carpintería".
"Escribir se reduce a una cosa: encerrarte en una habitación y hacerlo. Y aunque estés solo, los demonios siempre te acompañan. Demonios que te recuerdan tus terribles limitaciones, tu incompetencia y la imposibilidad de hacerlo bien". Así resumía Goldman su pasión.
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