La leyenda popular de la hija de un médico enterrada viva en el Cementerio de Matanzas ha sido desmentida por un forense con el descubrimiento de un cuerpo embalsamado en este sitio.
Según la prensa estatal, el médico forense Ercilio Vento Canosa detalló que esa presunta joven era la matancera Luisa María García Selló de Prieto, de 27 años de edad, quien falleció en Madrid el 25 de septiembre de 1889. En Matanzas fue enterrada el 20 de enero de 1890.
"Pensamos que se trataba de un ritual. Tenía una peluca y estaba amortajada con su ropa. El cuerpo estaba recubierto con vendas y una pasta de alumbre y yeso; se utilizaron unas 48 libras de sal decrepitada, bicloruro de mercurio, alumbre, bálsamos de Perú y de Copaiba, espíritu de vino, pimienta negra y trementina, entre otros materiales", detalló el forense al periódico Granma.
Un embalsamiento con ese método, empleado en el primer tercio del siglo XIX, no se había encontrado hasta el momento en la provincia de Matanzas.
El cuerpo de la joven Luisa María, hasta ahora enterrada viva en el imaginario popular, fue encontrado preservado en un ataúd singular, una verdadera obra de arte, según los especialistas.
Alrededor de esa tumba en esta necrópolis, ubicada justo en la entrada que da a la capilla, se había creado una leyenda urbana, que incluía detalles como que el padre colocó un brillante en la frente de la estatua. Esa joya suscitó, según Granma, que le cortaran la cabeza para robarla.
El historiador de la ciudad de Matanzas informó que los restos momificados fueron hallados durante unas acciones restauradoras por la Oficina del Conservador para crear un museo del Cementerio de San Carlos Borromeo.
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