“Se ha perdido mi otro hijo”. Con esta frase resumía José Rojas, un cubano residente en La Habana, el dolor que sentía por la pérdida de su perro, el pequeño Pepito.
Rojas publicó el anuncio en su cuenta de Facebook el pasado 6 de diciembre, junto a una fotografía del animal: un chihuahua cabeza de manzana, de color negro en todo el cuerpo con las patas, el pecho y la cara de color amarillo.
Pepito, de un año y medio de edad, se había extraviado el 4 de diciembre de su casa, ubicada en la calle 41 entre 42 y 44, en Playa.
También la página de la Protección Animales de la Ciudad cooperó y dio a conocer el hecho en su perfil de la red social.
“Recuerda que la difusión en este caso es vital, así que puedes colaborar compartiendo este anuncio, imprimiendo la imagen y poniéndola en sitios apropiados y de afluencia pública (como bodegas, farmacias, estanquillos, etc.) o corriendo la voz”, escribió la organización.
La historia tuvo un final feliz y sorprendente a la vez. Pepito apareció el martes 11 de diciembre. Y aunque Rojas y su familia habían prometido una recompensa de 300 CUC a quien se los devolviera, esa persona no quiso aceptar el dinero, pese a que había comprado el animal a alguien por la calle.
“Gracias a DIOS ya apareció PEPITO. En la tarde de hoy, martes 11 de diciembre. La persona que lo tenía se lo había comprado a un hombre que parece lo andaba vendiendo por la calle. Suerte para nosotros que las personas que lo compraron le dieron las atenciones necesarias. Y al final no quisieron cobrar la recompensa. Para que vean que todavía hay personas honradas. Gracias a todos los que se preocuparon por Pepito que saben que es uno más de la familia. Feliz navidades a todos”, escribió Rojas.
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