Aramís Suárez Pavón es un cienfueguero de la Calzada de los Dolores que lleva años manteniendo la tradición de quemar un muñeco cada 31 de diciembre a la medianoche. En esta ocasión ha representado al protagonista del año en la provincia: el mosquito Aedes Aegypti.
Lo hace porque este 2018 enfermó gravemente de dengue, estuvo ingresado y tuvo que recibir hasta 14 sueros para salvar la vida.
“Como ese señor vector, el Aedes Aegypti, ha hecho mucho daño en la provincia de Cienfuegos, se me ocurrió hacer un mosquito con sus paticas rayadas y todo eso, con el nombre de cada una de las enfermedades que él transmite, buscando que la gente tome conciencia de realizar el saneamiento de la ciudad y mantener las casas y patios limpios", comentó en declaraciones al diario local 5 de septiembre.
Hecho de cartón y pintado a mano con acuarelas, el arte de Aramís se inspira en una larga tradición familiar. Su padre, Pedro Suárez Rodríguez, fue escultor y fundador de la Escuela de Artes Plásticas, cuando ésta tenía su sede en el Palacio de Valle. Suyos son los bustos de Carlos Manuel de Céspedes, en la termoeléctrica de Cienfuegos; el de Manuel Ascunce Domenech en la Universidad Pedagógica; el de José Antonio Echeverría en ETECSA y el de las madres en San Fernando de Camarones.
Aramís no se ha dedicado profesionalmente al arte, pero es uno de los defensores de la famosa tradición de quemar un muñeco en Nochevieja en Cuba.
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