Senadores norteamericanos anunciaron que llegaron a principio de acuerdo para evitar un nuevo cierre del gobierno de Estados Unidos.
El acuerdo incluye una financiación de 1.375 millones de dólares para construir un muro en la frontera con México, aunque la cifra está lejos de los 5.700 millones reclamados por el presidente Trump.
El pacto contempla la construcción de 90 kilómetros de barreras fronterizas, en vez de los 320 kilómetros de muro exigidos por la Casa Blanca, en el área del valle del Río Grande, en el sur de Texas.
Se trataría, además, de una valla construida con alguno de los diseños existentes, como barras de metal, y no de un muro de hormigón como prometió inicialmente el presidente.
“Queremos parar a las drogas y a los traficantes. Queremos evitar que los criminales entren. Los muros salvan vidas”, explicó Trump ayer en Texas.
El presidente norteamericano continúa considerando que la inmigración ilegal impone un riesgo a la seguridad nacional, y cree que solo puede frenarse con la construcción de un muro en la frontera sur, pues insiste en que traficantes, violadores y criminales ingresan desde México.
Beto O’Rourke, ex congresista local y potencial rival de Trump en los próximos comicios presidenciales, ha dicho que “Los muros no salvan vidas, las terminan”.
Según O´Rourke, el índice de criminalidad en El Paso estaba por debajo de la media nacional antes de la expansión del muro, lo que demuestra su inutilidad.
El acuerdo de financiación ha llegado apenas cuatro días antes de que expirara el plazo de tres semanas dado por Donald Trump para darle una segunda oportunidad a las negociaciones, y tras concluir el que fue el bloqueo administrativo más largo de la historia del país.
El pasado 26 de enero, el presidente cedió a la presión y acordó que la Administración abriera temporalmente, tras 35 días en los que más de 800 mil funcionarios federales estuvieran sin cobrar.
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