Joshua O'Connor, un adolescente de la ciudad de Everett (Washington), ha sido condenado a 22 años y medio de cárcel por organizar un plan para cometer una masacre en un instituto.
El plan fue descubierto en febrero de 2018 por su propia abuela, quien encontró un diario donde el jovencito daba detalles del proyecto, junto con un rifle oculto en la funda de una guitarra. La anciana no dudó en denunciar a su nieto ante las autoridades.
"Para mí usted es una heroína", dijo el juez de la corte superior del condado de Snohomish, a la abuena, Catherine Katsel O'Connor, durante la audiencia celebrada ayer.
Además del rifle, la policía encontró en el lugar algunas granadas y evidencias de que O'Connor había llevado a cabo un robo a mano armada en un comercio local.
El joven fue detenido en su clase del instituto ACES, un día antes de la masacre en el instituto Stoneman Douglas en Parkland, Florida, que el 14 de febrero del año pasado dejó 17 muertos a manos del ex estudiante del propio centro, Nikolas Cruz, autor confeso de la masacre.
O'Connor había detallado en su diario un plan a realizar a finales de abril, coincidiendo con una masacre que conmovió al país, la del Columbine High School, ocurrida el 20 de abril de 1999 en Colorado, cuando dos alumnos mataron a 12 compañeros y a un profesor.
El adolescente pensaba utilizar como bomba una olla a presión que colocaría debajo de las escaleras, con la idea de sorprender a los alumnos en pasillos y en el gimnasio.
El juez leyó a la audiencia los planes escritos donde O'Connor especificaba: "He estado pensando mucho, necesito hacer esta masacre con el mayor número de muertes".
En un principio, O'Connor planeó la masacre en su antiguo instituto, donde había sido suspendido dos veces, pero se decidió por ACE y escribió: "ACE voy a por ti, abril va a ser una maravilla".
En una entrevista con un psicólogo, O'Connor declaró que "lo que le importaba era el 'subidón' de adrenalina".
Su madre vive con una enfermedad mental no tratada, por lo que la defensa habló de abuso infantil, a lo que el juez respondió que "fue un acto premeditado de alguien consciente, no un acto compulsivo".
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