Jueza cubana conocida como Dama de Hierro: “Cuando dictamos pena de muerte ha sido en defensa de los intereses de la sociedad”

Una jueza cubana, presidenta de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Provincial de Sancti Spíritus, asegura que la decisión del Gobierno de declarar en moratoria (sigue vigente, pero no se aplica) la sanción de pena de muerte, es acertada.

Carmen Rosa Rojas Álvarez, quien lleva 38 años en la administración de justicia, afirma que la pena de muerte es una medida excepcional, y que cuando la aplicado “ha sido en defensa de los intereses de la sociedad por la gravedad de los actos cometidos”.

En una entrevista concedida a Escambray, la magistrada, a quien algunos la han comparado con la expresidenta británica Margaret Thatcher, afirmó que ha tratado siempre de dar a cada individuo justamente lo que le correspondía.

“No considero que me haya excedido en las condenas; el sancionado siempre piensa que esta pudo ser menor. Tengo mi conciencia tranquila”, dijo.

A pesar de su fama de severa, nunca ha sido amenazada por nadie, ni en persona, ni por carta o llamada telefónica.

“Hago mi vida normal; voy a la bodega, a la feria… Que yo sepa, en la provincia ningún juez ha sido amenazado por su trabajo”, apuntó.

Tampoco nadie ha intentado sobornarla. “Un juez no puede aceptar ni un lapicero”, aclaró.

Interrogada acerca de qué delitos le provocan más repulsión, afirmó sin dudas que la violación y la corrupción de menores.

“Esos hechos nunca quisiera procesarlos; laceran mucho, porque son contra seres indefensos, contra niños”, explicó.

Recordó un caso en particular en que tuvo que absolver a un acusado, sabiendo que era culpable.

“Recuerdo uno de delito lascivo que sí me marcó mucho. Nos quedamos desarmados, sin pruebas. Para mi yo interno, el hombre era culpable; pero no teníamos todos los elementos para probarlo. La duda siempre favorece al reo. Es mejor absolver a un delincuente que sancionar a un inocente”, relató.

Carmen Rosa, primera integrante del sistema de Tribunales en Sancti Spíritus en ganar la medalla de Reconocimiento al Mérito judicial, aseguró que jamás ha sentido presión ni de la población ni de las autoridades de la provincia en el momento de dictar sentencia.

“Cuando vamos a decidir no tenemos influencia de nadie”, afirmó.

Sin embargo, sí se siente mal cuando el Tribunal Supremo corrige alguna sentencia dictada por el juzgado que ella integra.

“Sí que duele en el plano profesional cuando el Supremo rectifica la sanción, pero es en busca de la justicia. Siempre nos enseña algo; los jueces no tenemos la verdad absoluta”, concluyó.