El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto a los mexicanos que en caso de que sus vecinos les parezcan sospechosos de corrupción, lo informen a las autoridades.
En conferencia de prensa ofrecida este miércoles, el presidente pidió ayuda para identificar casos de rápido enriquecimiento o aburguesamiento que puedan servir de guía para saber dónde están los corruptos.
“Hay cosas que no se pueden ocultar, por lo general los corruptos son muy fantoches, lo primero que hacen es comprarse residencias, carros de lujo, empiezan a gastar en carros de lujo. Se nota cómo vive el vecino, ya se mudó, ya no vive en la Doctores (un barrio popular de ciudad de México), ya se fue a Las Lomas (una de las zonas residenciales más caras). Todo eso que se denuncie”, acotó el presidente mexicano.
Rápidamente la sugerencia despertó la suspicacia y también la preocupación entre ciudadanos y medios de prensa que no tardaron en relacionarla con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), invento castrista de inicios de los 60, nacido con el sello de favorecer delaciones y tareas de vigilancia colectiva.
También en Venezuela, el fallecido Hugo Chávez en 2008 creó redes de espionaje en las comunidades, que eran utilizadas para delatar a presuntos disidentes, según recuerda este viernes Infobae.
Chávez también creó los llamados “consejos comunales” de vecinos, que cumplían un papel similar al de los CDR en Cuba.
En las redes sociales abundan los comentarios que aluden a las semejanzas entre el sistema de vigilancia propuesto por López Obrador y sus singulares referentes en América Latina: nada menos que Cuba y Venezuela.
"Comités de Vigilancia al puro estilo de los Castro o de la Gestapo nazi", señaló un usuario.
"En tiempos de la Inquisición por eso torturaron y quemaron a la gente, en el nazismo eso llevó a miles de personas a los campos de concentración y en tiempos de Castro eso mismo encarceló a hombres y mujeres que no estaban de acuerdo con su gobierno", comentó otra internauta.
López Obrador es uno de los pocos presidentes de América Latina que no ha pedido la salida de Nicolás Maduro del poder y lo sigue reconociendo como presidente.
A ello se suma sus buenas relaciones con el Gobierno cubano, lo que ha generado una creciente cifra de migrantes cubanos deportados desde México hacia la Isla.
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