Una historia de desamor llevó al músico cubano Ángel Luis Garbey Vargas a establecerse en México en 2005, y desde entonces no ha pensado en volver a su país, según contó a la agencia Notimex en una entrevista.
Luis Garbey nació en Guantánamo y viajó por primera vez a México en 1999 por un contrato de trabajo.
Tuvo tanta suerte que el gerente de un restaurante de Baja California, estado de la región norte mexicana, lo escuchó tocar en el Café París de La Habana, situado en la concurrida y turística Calle de Obispo.
“Yo era el director musical y pianista de la banda. Nos contrataron para hacer temporada de cinco meses y medio en Baja California. Vine con la intención de tocar, ganar dinero, y regresarme a mi país. Luego de completar la temporada volví a casa, pero el 31 de diciembre de 2005, la vida me trajo nuevamente a México", cuenta el músico.
Hizo saber al medio citado que lo que realmente movió la balanza para que se decidiera a probar fortuna en otro lado fue un desencanto amoroso. “Ahora me siento más chilango que el chile, a pesar de que llegué con la idea de regresarme, porque estaba enamorado locamente de la mulata que tenía en Cuba”, confesó.
En México ha trabajado como instrumentalista y director de orquesta. La música lo es todo para Garbey, quien tuvo el privilegio de nacer en una familia de melómanos. Su tía fue violinista, su madre pianista y el padre director de varias orquestas nacionales e internacionales.
Explicó que su felicidad actual radica también en lo que puede aportar a los otros, sobre todo a gente necesitada. Ha dado clases gratuitas y proporciona ayuda a personas con discapacidades o limitaciones materiales.
Actualmente es parte de Toque Bulanga, una orquesta mexicana que cuenta con reconocimiento y popularidad en la capital.
A pesar de los fuertes recuerdos que lo asaltan diariamente de todo lo que dejó atrás, dos hijos varones de 30 y 35 años, sus hermanos, sobrinos, la madre de sus hijos, se sincera y dice que no volvería a Cuba, que en este nuevo país ha encontrado muchísimos amigos y buena compañía.
En este sentido, agrega no estar de acuerdo con la política migratoria cubana: “Jamás he vuelto a pensar en volver a Cuba. Cuando el cubano sale de su país pierde su nacionalidad y con esa política no estoy de acuerdo”.
“La cultura mexicana me ha enseñado mucho en estos 20 años. Ahora me visualizo en los próximos 20 cómo debe verse cualquier cubano inteligente: en mi casa, tranquilo, escribiendo música y paseando por este país”, agregó.
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