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Critican la venta de ron y bocaditos de cerdo en el cementerio de Cienfuegos el Día de las Madres

Cienfuegueros se mostraron indignados con el hecho de que un día tan señalado como el segundo domingo de mayo adquiriera un cariz festivo en el mencionado camposanto

Cementerio Tomás Acea en Cienfuegos © Radio Ciudad del Mar
Cementerio Tomás Acea en Cienfuegos Foto © Radio Ciudad del Mar

Este artículo es de hace 4 años

Por si fueran pocos los señalamientos y quejas que generan a lo largo y ancho del país los servicios funerarios, ahora el periódico provincial 5 de Septiembre ha hecho pública una queja ante lo que define como “insensibilidad colectiva”: el insólito expendio de bebidas alcohólicas y bocaditos de cerdo en el cementerio Tomás Acea, de Cienfuegos, con motivo del día de las madres.

Bajo el título “Honrar difuntos sin empedrar el camino al cielo” el medio de prensa se hace eco del malestar que provocó en no pocos cienfuegueros el hecho de que un día tan señalado como el segundo domingo de mayo adquiriera un cariz festivo en el mencionado camposanto.

“Ese día pasé por el ‘Tomás Acea’ y me importunó la venta de bocaditos de cerdo en la puerta; además de ser antihigiénico, por estar al sol, al aire y demás, sentí que irrespetaban el dolor de las familias que allí estaban; parecía más una plaza pública que un camposanto”.

“¿A dónde vamos a llegar con la insensibilidad colectiva? ¿Por qué el expendio de refrigerios, muchos comestibles, bocaditos y hasta bebidas alcohólicas ese día allí? ¿Cómo explicar el carácter festivo que lo anterior implica?”, se cuestionó el 5 de Septiembre.

Para dar respuesta a la desazón de algunos lectores, como Humberto Prieto Villacorta, ante lo que se define como “falta de respeto e insensibilidad” el semanario interpeló a Hilda María Mola, jefa del Grupo Cementerial de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos, quien argumentó que lo sucedido no le concernía a su institución.

Sin embargo, las autoridades del gobierno en la provincia no solo tenían conocimiento del incidente sino que además lo propiciaron. De hecho, a algunos como Mauricio González Suárez, director de la Empresa municipal de Comunales, parece no inquietarle en lo absoluto la venta de alcohol y bocaditos en el camposanto: “El expendio fue por parte de Gastronomía; estuve allí y la venta de alcohol no ocasionó disturbios”, argumentó el funcionario al semanario.

Más desconcertante aún es que la infeliz iniciativa haya contado con la aprobación y el auspicio del Poder Popular Municipal, algo que demuestra la ignorancia y total falta de sentido común de no pocos dirigentes en la isla.

Osmany Morejón Marrero, vicepresidente del gobierno municipal, ante la avalancha de cuestionamientos intentó justificar la iniciativa gastronómica: “La idea fue facilitar ron porque algunas familias hacen rituales con esa bebida”, argumentó el funcionario citado por 5 de Septiembre.

Sin embargo, tal y como reflexiona el periódico cienfueguero las buenas intenciones gubernamentales generaron contraproducentemente una suerte de feria gastronómica: “Lo que pudiera justificarse como voluntad de atender a tal segmento de dolientes, a todas luces menor —mientras de paso el Comercio sumaba clientes—, ocasionó una paradoja devenida alevosía. De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, reza el viejo adagio; no dejemos que también empiedren el camino al cielo”, sentenció el semanario en su edición impresa de este 24 de mayo.

No pocos lectores se mostraron indignados ante lo que puede considerarse un agravio a la memoria de sus seres queridos en una fecha tan especial como el Día de las Madres: “Es triste, no se respeta el sentimiento ajeno…, estamos perdiendo la humanidad. Lo único que se justifica es la venta de flores, pero bien se sabe que los comestibles atraen fiestas, eso unido a que donde hay cocheros, hay música alta”, escribieron otros lectores citados por el periódico cienfueguero.

Hace solo unos días el periódico Escambray denunció en sus páginas los cuestionables procedimientos funerarios que tenían lugar en el principal cementerio espirituano, donde se desarrollan autopsias sobre las bóvedas, a plena luz del día y ante la vista de curiosos.

Igualmente, desde Holguín, Villa Clara y Santiago de Cuba se han generado inquietantes denuncias sobre los maltratos e indolencia en los camposantos, con situaciones tan desconcertantes como el extravío de restos mortuorios o la profanación de tumbas.

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