El periódico 5 de Septiembre publicó el pasado 7 de junio un nuevo trabajo sobre las cuestionables condiciones que presenta la EIDE de Cienfuegos, en el que denunciaba, en particular, el pésimo estado constructivo de su tabloncillo y la prolongada escasez de implementos deportivos para deportes como el voleibol.
El 3 de febrero de 2017 el propio semanario cienfueguero había advertido a directivos e inversionistas sobre la pésima calidad de la madera empleada para cubrir las fisuras del entablado.
El trabajo “Los ‘pininos’ del tabloncillo de la Eide” llegaba después de una de esas re-inauguraciones a la cubana, con aplausos, reconocimientos y musiquita de fondo, un acto protocolar que quedó deslucido con la temprana lesión sufrida por el atleta juvenil Eison Brown, al quebrarse una tabla durante su entrenamiento.
Dos años después la situación ha tocado fondo. Quienes en su momento valoraron de hipercriticismo las advertencias del periódico oficialista, hoy no tienen más remedio que asumir la dura realidad: aquella inversión fue un rotundo fiasco, y “los tablones que ahora adornan el piso son la mejor evidencia”, ironiza el trabajo periodístico, en referencia a los parches superficiales que se han debido colocar para no interrumpir el entrenamiento y darle cumplimiento al cronograma de eventos deportivos.
“Nuestros entrenadores y jugadores son héroes (…) todo se complica cuando toca la especial, dentro del terreno, con los complejos K1 y K2, recibo, y ataque: los atletas tienen miedo a tirarse en una defensa, saltar e irse por un hueco…”, declaró la comisionada provincial de voleibol Daisy Trujillo Presno.
Aun cuando los entrenadores les obligan a dar un extra, muchos atletas de ese centro de formación deportiva se muestran reticentes, pues ponen en riesgo su integridad física en cada entrenamiento, refirió la publicación.
“Varias muchachas no quieren saltar, porque otras se han lesionado”, explicó Ricardo Guzmán Jiménez, a cargo del equipo Juvenil femenino, quien además puntualizó: “En estos momentos tenemos a dos regulares afectadas y buscamos cómo suplirlas, en caso de que no puedan volver a tiempo”.
En febrero de 2017 el rotativo se hacía las mismas preguntas que en su más reciente artículo sobre el tema: “¿Quién vela por la calidad en la ejecución de las obras? ¿Quién se preocupa porque el dinero desembolsado se traduzca en beneficios a largo plazo y no en derroches de coyuntura?”, cuestionó 5 de Septiembre.
Y por si ya fuera poco “jugar” en un tabloncillo minado por la indolencia y el abandono, también la ausencia de implementos deportivos socava el rendimiento de los atletas cienfuegueros.
“El estado con las pelotas es crítico, ¡CRÍ-TI-CO! Ningún equipo en Cienfuegos tiene, y yo, como la máxima autoridad del deporte aquí, tampoco”, aseguró a 5 de Septiembre la comisionada Daisy Trujillo, quien dijo además que han debido buscar alternativas nada ortodoxas.
“De conjunto con nuestra Subdirección y la dirección de la Eide hicimos una gestión y conseguimos algunas ‘por fuera’ y las entregamos a la escuela, como paliativo”, explicó.
La funcionaria aseguró que los últimos balones asignados desaparecieron de manera injustificada: “Nuestra Comisión nos mandó el despacho correspondiente, nuestra asignación, incluso por municipios. Es una cifra bastante alta, con esa cantidad podíamos hacer muchas cosas. Y no sabemos dónde están. Desaparecieron por arte de magia”, sentenció Trujillo.
Por su parte, la indagación periodística sobre el paradero de los balones arrojó mayores entuertos y sombras en el asunto, pues los directivos nacionales se mostraron cerrados a toda explicación y hasta dejaron entrever aprensiones relativas a la seguridad nacional, como si se tratara de armamento defensivo y no de pelotas.
“En busca de la cuantificación del envío, nos comunicamos vía telefónica con la Federación Cubana de Voleibol, que no puede confirmar números, por cuestiones estratégicas (¿acaso seguridad nacional?) y no ser el lugar indicado para nuestras inquietudes”, expuso el 5 de Septiembre.
El pésimo trabajo de captación y formación de atletas en la base, la escasez de implementos deportivos y el abandono que padecen las diferentes instalaciones del país, dan al traste con lo que devino en la práctica el objetivo cimero del movimiento deportivo cubano: el campionismo.
Desde hace años el deporte revolucionario avanza por agujereados terrenos, como el del tabloncillo de la Eide cienfueguera. “Entonces jugar, perseverar y hasta ganar, cuando desaparecen balones y aparecen huecos como en un espectáculo de prestidigitación, ¿no es acaso el mejor acto de magia que existe?”, se preguntó el 5 de Septiembre.
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