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“Quejas desoídas o mal contestadas son lo que más tiene el sistema cubano", opinan ciudadanos

"Las entidades estatales deben pensar una y otra vez las decisiones que toman y, sobre todo, sus implicaciones para el cubano de a pie", agregan a propósito de la decisión de volver a poner el parqueo del aeropuerto de La Habana a cinco pesos.

Aeropuerto de La Habana, imagen de referencia © CiberCuba
Aeropuerto de La Habana, imagen de referencia Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

A pesar de que la Corporación de la Aviación Cubana quiso resolver con una escueta nota de tres párrafos (que apenas excedían el centenar de palabras), el descontento provocado por el incremento de precio que desde el pasado 1ro de julio se implementó en el parqueo en un área determinada de la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, las críticas no cesan.

Si bien dicha entidad y las empresas que la conforman han asegurado su apoyo incondicional a las reformas con “un favorable impacto en nuestro pueblo, no fue hasta que el propio pueblo se quejó del costo del parqueo en los medios oficiales de prensa que la compañía decidió echarse para atrás y mantener la tarifa que antes tenía.

Más de un usuario se ha preguntado qué hubiera pasado si la queja no se hubiera hecho pública. En palabras de Juan Carlos, encargado de mantenimiento en una empresa de transporte, “¿a quién se le ocurre tener como estrategia comercial el aumento de precios?

De acuerdo con el ingeniero mecánico, ni el año pasado ni éste ni los que vienen será bien visto que suban los precios. Le dieron para atrás a la medida por la situación caótica que está pasando el país, si no, la dejan. No está bien que se aumente el precio para ganar más por un servicio que se mantiene tan pésimo como siempre porque no se ha invertido ni un peso para optimizarlo.

“Mucho menos se concibe que haya que esperar a que se publique en un medio de comunicación masiva una queja para resolver problemas que todo el mundo conoce. Las entidades estatales deben pensar una y otra vez las decisiones que toman y, sobre todo, sus implicaciones para el cubano de a pie. El pueblo es el que sufre por lo que los funcionarios hacen y deshacen. Desafortunadamente no estamos acostumbrados a la denuncia pública, a que un simple ciudadano pueda demandar a una empresa sin importar el tamaño de ésta", asevera.

Tal como explica una de las arquitectas que tuvieron que ver con la fabricación del aeropuerto capitalino, “nos pasamos la vida escondiendo la basura debajo de la alfombra y nos creemos que le callamos la boca a la gente con una pequeña nota oficial. ¿Quién devolverá todo el dinero de más que se estuvo pagando en el parqueo? ¿A dónde irá a parar lo recaudado? ¿Cómo quedan los que han sido perjudicados? Tenemos la mala costumbre de creer que algo así se soluciona fácil y dejamos a la gente con más preguntas que respuestas".

"Parece que se creyeron que el precio del parqueo tenía que ver con el aumento del salario del sector presupuestado. Lo de menos es que hayan estado cobrando cinco pesos de más, sino que el pueblo cubano vea con tristeza cómo las instituciones estatales pifian y todo lo ‘resuelven’ con una rectificación. Quejas desoídas o mal contestadas son lo que más tiene el sistema cubano", indica la experta de 46 años.

Según comenta el taxista privado Rafael, quien se estaciona en la Terminal 3 casi diariamente, “no había necesidad de pensar mucho o de ver la noticia en la prensa para saber que en el contexto que vivimos no es adecuado quitarnos nada más porque bastante poco tenemos. Lo que debieran es darnos. Es una lástima que hiciera falta que uno gritara para que la tarifa se mantuviera en cinco pesos cubanos por vehículo".

“Además, se trata de un parqueo que no ofrece ninguna seguridad porque nadie lo custodia y tiene mala iluminación y señalización. ¿No les parece que primero hay que mejorar el servicio y luego cobrarlo más caro? Por desgracia vemos muchas rectificaciones, pero pocas soluciones. Se cometen errores mucho más grandes que aumentar el precio de un parqueo público, pero a los jefes nada les pasa, se mantienen intocables", afirma.

"El aumento de precio duró casi una semana, pero pagué los diez pesos más de una vez por un parqueo en el que hay que dejar a alguien vigilando el carro o te lo levantan. Seguiría pagando más si con eso mejoraran las condiciones. Incluso fuera de este contexto no se debiera haber subido el precio. Si la empresa estatal no da el ejemplo, ¿qué van a exigirnos a los cuentapropistas?", puntualiza el otrora ingeniero industrial, de 39 años.

A tenor con lo que confirma Alicia, quien viaja mensualmente a México, “quieren aumentar los ingresos basados en el incremento de los precios, no en el mejoramiento de los servicios, y eso afecta el poder adquisitivo del pueblo. No sirve de mucho que (el gobernante cubano Miguel) Díaz-Canel diga que los precios no aumentarán y que siga pasando lo contrario”.

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