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El gobierno de Trump impone nuevas restricciones a los inmigrantes que piden asilo en Estados Unidos

Aumentan los "límites de elegibilidad" para extranjeros que pidan asilo en Estados Unidos, según comunicado conjunto del Departamento de Justicia y de Seguridad Nacional.


Este artículo es de hace 4 años

El Gobierno norteamericano ha dado a conocer que a partir de este martes los inmigrantes que quieran solicitar asilo político en Estados Unidos deberán pedir protección primero desde un “tercer país fuera del país del extranjero de ciudadanía, nacionalidad o la última residencia habitual legal a través de la cual él o ella transitó en ruta a los Estados Unidos".

Lo anterior implica que los solicitantes que transitan primero por otro país, no podrán pedir asilo en la frontera sur estadounidense, sino que deberán pedirlo en la primera nación a la que arriben tras salir de su país de origen.

Un comunicado conjunto difundido por el Departamento de Justicia y por el Departamento de Seguridad Nacional indica que la nueva norma establece un "estándar" para los inmigrantes que intentan llegar al país por la frontera sur, "al fijar más restricciones o límites de elegibilidad para los extranjeros que piden asilo en Estados Unidos".

La norma se aplicará incluso a niños que hayan cruzado la frontera solos, aunque se contemplan algunas excepciones: si el migrante ha sido objeto de tráfico de personas, si un solicitante de asilo buscó protección en un tercer país pero se lo negaron, o si el país que atravesó no figura como firmante de los tratados internacionales que rigen la gestión de refugiados.

Medios de prensa indican que la noticia seguramente abrirá una batalla judicial, y que es muy posible que sea apelada en tribunales.

La ley estadounidense permite a los refugiados solicitar asilo cuando llegan al país, independientemente de cómo lo hayan hecho, aunque existe una excepción para aquellos que han arribado a través de una nación considerada “segura”.

Sin embargo, la Ley de Inmigración y Nacionalidad es vaga sobre qué país es considerado “seguro”; solo dice que “en virtud de un acuerdo bilateral o multilateral”.

El procurador general, William P. Barr, ha emitido una declaración en la que indica que "Estados Unidos es un país generoso, pero está completamente abrumado por las cargas asociadas con la detención y el procesamiento de cientos de miles de extranjeros a lo largo de la frontera sur".

Añade que la nueva medida disminuirá la cifra de "migrantes económicos", y la de "aquellos que buscan explotar nuestro sistema de asilo para obtener la entrada a los Estados Unidos",

En los últimos meses ha aumentado considerablemente el número de migrantes solicitantes de asilo político, "que reclaman temor de persecución o tortura cuando son detenidos o encontrados por el DHS". Sin embargo, solo a una pequeña parte le acaba siendo concedido el asilo político.

"La gran cantidad de solicitudes de asilo sin mérito ejerce una presión extraordinaria en el sistema de inmigración de la nación, socava muchos de los propósitos humanitarios del asilo, ha exacerbado la crisis humanitaria del contrabando de personas y tiene un impacto negativo en las negociaciones diplomáticas en curso de los Estados Unidos con países extranjeros", añade Barr en su declaración.

La nueva medida cumple el propósito de disminuir la presión sobre el sistema de inmigración de Estados Unidos. El Gobierno de Trump quiere frenar el flujo de solicitantes de asilo que arriban a la frontera sur. La mayoría centromaericanos o cubanos que han viajado a través de México y Guatemala, aunque algunos proceden también de África.

El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, ha dicho que la medida "ayudará a reducir un importante factor de 'atractivo' que impulsa la migración irregular a Estados Unidos".

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