José Dariel Abreu arribó ayer a las 600 carreras impulsadas en las Mayores, y lo hizo con un bambinazo que lo consolidó en la cima de los remolcadores de la Liga Americana. ¿Podrá Pito, 31 años después, reeditar la hazaña de José Canseco?
Esa es una de las preguntas obligadas en torno a los hombres de la Armada Cubana en la campaña 2019. Esa, y la de si Yordan Álvarez se llevará a la postre el Novato del Año, y la de si por fin Aroldis Chapman llegará a los 40 rescates y liderará a los taponeros de su circuito. Al lado de estas tres interrogantes, las demás son secundarias.
Repasemos la situación. El cienfueguero suma 112 rayas subidas a la registradora, cinco más que su escolta en la clasificación, el joven dominicano Rafael Devers; y siete por delante del torpedero holandés Xander Bogaerts. Luego, con 104, se ubica el fenomenal Mike Trout.
Pero ojo, que todo no ha sido del color de las rosas. Hubo un slump, y largo. Sin embargo, después de vivir un par de meses de agonía en materia de empujadas (10 en junio y 14 en julio), el gigante de Mal Tiempo se reencontró con su mejor versión y del primero de agosto a la fecha ha impulsado 38 carreras en igual número de encuentros.
Así, no solo pulverizó su tope personal de 107 en 2014, sino que además rebasó los de auténticas leyendas insulares como Tony Oliva (107 en 1970) y Kendrys Morales (108 en 2009), y va camino de superar también las 116 de Minnie Miñoso en 1954.
¿Hasta dónde podrá llegar ahora el número ‘79’ de los Medias Blancas? Si nos atenemos a su media impulsadora durante la temporada (una carrera cada 1.28 partidos), entonces le restarían 15 anotaciones que añadir a su cuenta, lo cual dejaría la cosecha en 127. Es decir, más que Canseco cuando se convirtió en el único cubano con un liderato de remolques (124 en 1988), y solo dos fletadas menos que Tany Pérez en su fabuloso concurso de 1970.
Apenas Rafael Palmeiro, el mejor bateador libra por libra que ha nacido en la Mayor de las Antillas, seguiría estando lejos con sus 148 remolques de 1999 y aun los 142 de 1996. Nadie más. De manera que la presente campaña de Abreu va a quedar enmarcada como una de las más grandes conseguidas jamás por un pelotero de la armada insular en la MLB.
Llegado a este punto, regreso a la indagación del titular: ¿Podrá mantenerse Pito a la vanguardia de las impulsadas?
Sabido es que se trata de un departamento donde resulta clave el porcentaje de embasado de los jugadores más próximos en la alineación, que habitualmente han sido el dominicano Leury García y su compatriota Yoan Moncada. El primero es un leadoff atípico (solo .309 de OBP), al tiempo que Moncada llega más a las almohadas, pero el mentor Rick Renteria lo ha utilizado en días recientes como cuarto en el line up, justo detrás de Abreu.
El panorama, pues, no resulta el más alentador en tal sentido. No obstante, estimula advertir que a lo largo de su carrera ligamayorista Abreu se ha caracterizado por rubricar sólidos rendimientos en septiembre, con slash line general de .297/.369/.513 y su segundo OPS mensual más elevado (.882), únicamente inferior al .973 global de agosto.
Otro elemento que puede obrar a su favor es la debilidad del pitcheo que enfrentará en el cierre de calendario del equipo, pues de los 19 compromisos que le restan, en 13 de ellos tendrá en el box opuesto a los devaluados cuerpos de pitcheo de Reales (lugar 26 con PCL de 5.12), Marineros (27-5.15) y Tigres (28-5.20).
Dicho lo dicho –y agregada en la receta mi absoluta confianza en el talento del mejor pelotero que ha llegado a Grandes Ligas procedente de las Series Nacionales-, no me queda de otra que responder afirmativamente a la pregunta que encabeza estos párrafos y, claro está, brindar con las dos manos.
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