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Un día para celebrar a la Virgen de las Mercedes en Cuba

El 24 de septiembre los creyentes celebran el día de la Virgen de las Mercedes, una de las advocaciones de la Virgen María.

Parte de la fachada de la Iglesia de las Mercedes. © Ecured
Parte de la fachada de la Iglesia de las Mercedes. Foto © Ecured

Este artículo es de hace 4 años

La Virgen de la Merced, o Nuestra Señora de las Mercedes, o la Virgen de las Mercedes, como se le nombra en Cuba, es una de las advocaciones de la Virgen María, y se la representa, desde el siglo XVI, en España y América Latina, con la túnica, el escapulario y la capa de color blanco.

El apelativo de Merced o Mercedes se refiere a la “misericordia”, y se remonta a la antigüedad del siglo XIII cuando la Virgen se le aparece a Pedro Nolasco y lo anima a seguir liberando a los cristianos esclavos de los moros, quienes saqueaban las costas y se los llevaban a África.

Pedro Nolasco vendió hasta su propio patrimonio para liberar a los cautivos. Cuando se les acabó el dinero, le pidió ayuda a Dios y en respuesta, la Virgen se le aparece y le solicita que funde una congregación para redimir cautivos. Así, se fundó la orden de los Mercedarios, en 1218 en Barcelona, y los integrantes, aparte de los votos de pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto en el que se comprometían a dedicar su vida a liberar esclavos.

En 1696, el Papa Inocencio XII fijó el 24 de septiembre como la Fiesta de la Virgen de la Merced en toda la Iglesia, y luego la devoción se extendió por América, donde es venerada la Virgen de la Merced, sobre todo en Perú, el país latinoamericano donde se reúne la mayor cantidad de fieles, cada 24 de septiembre, para celebran esta fiesta en honor a la Madre de Jesucristo.

En Cuba, especialmente en La Habana, el culto a la Virgen de las Mercedes se verifica sobre todo en una de las iglesias más notorias de la capital, la de Nuestra Señora de la Merced. El templo fue construido en una plazuela que permite apreciar la fachada barroca y el nicho central.

Condes, marqueses, ricos y distinguidos profesionales, gente de todas las clases sociales, aunaron sus esfuerzos y todos contribuyeron a que el 31 de enero de 1867 se inaugurara el nuevo templo, en la calle Cuba, en el barrio de San Isidro, justo en la parte antigua de La Habana Vieja. Con el paso del tiempo, la Virgen de las Mercedes se sincretizó en el yoruba Obatalá, orisha mayor, creador de la Tierra y escultor del ser humano, deidad pura y dueño de todo lo blanco, de la cabeza, de los pensamientos y de los sueños.

Volviendo a la Virgen de las Mercedes y a su iglesia, debe decirse que la sobriedad de la fachada contrasta con el esplendor del interior. La popular iglesia consta de tres naves separadas entre sí por arcadas de medio punto. Al final de las dos naves laterales se encuentran dos capillas. La mayor atracción de esta iglesia es su decoración interior con pinturas murales realizadas por artistas cubanos de reconocido prestigio entre los que figuran Manuel Lorenzo, responsable de la sección principal, y Juan Crossa, quien decoró la cúpula y los bordes superiores de las bóvedas del Altar Mayor.

Todos los días, entre las ocho de la mañana y el mediodía, y desde las tres hasta las cinco de la tarde, es posible entrar en la iglesia. En la capilla, se postran ante la Virgen de las Mercedes, en el Altar Mayor, los devotos profiriendo plegarias o peticiones por algún familiar, o ser querido, enfermo o en cautiverio. Se dice que es la iglesia con mayor cantidad de fieles en La Habana, y todo ello se demuestra, precisamente, cada 24 de septiembre.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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