Dos transexuales cubanas que se encuentran en México han encontrado refugio y ayuda la institución T'ja Xuj, (Casa de las Mujeres, en lengua indígena guatemalteca), mientras esperan que sus trámites migratorios tengan respuesta.
Giovana y Lia, quienes vivían en la misma ciudad en la Isla, abandonaron su país natal huyendo de la discriminación y el acoso por parte de la policía cubana debido a su condición sexual.
Ambas anhelaban poder vivir sus vidas sin sentir temor a la persecución y la violencia por no querer ocultar su identidad. Ahora están en Tapachula, como miles de compatriotas, a la vez que esperan obtener el permiso para seguir su recorrido por México hacia Estados Unidos.
En lo que ese momento llega, acuden periódicamente a la Casa, que desde 2014 es regentada por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.
El lugar proporciona a las mujeres migrantes un lugar de reunión seguro donde pueden aprender sobre derechos humanos, asisten a talleres sobre salud sexual y reproductiva, y cultivan habilidades que les facilitan conseguir trabajo.
Además, Giovana y Lia reciben allí gratuitamente las hormonas que necesitan mientras están en transición gracias a Mano Amiga, una ONG que brinda apoyo a la comunidad LGBTQ, a quienes ofrece pruebas rápidas de VIH y medidas de anticoncepción, además de apoyo emocional.
“Todas las mujeres con las que he hablado han sufrido violencia de género en algún momento, y todas han sufrido violencia sexual al menos una vez en sus vidas”, señaló Ana Elena Barrios, psicóloga de T'ja Xuj.
Según muestra un reportaje publicado en el portal web Yes, el primer domingo de cada mes las mujeres votan sobre el cronograma de actividades para ese periodo y organizan comités para cocinar, limpiar el local y recaudar dinero para apoyar a las pequeñas empresas iniciadas por otras féminas.
Pero lo más importante, en opinión de Barrios, son los talleres cuyo propósito es recordar a las mujeres que todas tienen talento y conocimiento para compartir, y que sus vidas deben ser valoradas por encima del valor de sus cuerpos como objetos.
Muchas de ellas sobreviven en México haciendo trabajos domésticos o sexuales. De acuerdo a la especialista, la vulnerabilidad de estar ilegal y ser pobre, puede tentar a otros a considerarlas una propiedad pública. Ellas vienen de un escenario de violencia, pero la encuentran de nuevo en Tapachula.
La situación por la que atraviesan cientos de cubanos migrantes que se han quedado varados en esa ciudad del estado de Chiapas es sumamente difícil. Esta misma semana, tras ser liberados de la Estación Migratoria Siglo XXI, cientos de ellos se concentraron a las afueras del local para firmar sus constancias de asistencia y ser atendidos por el personal de la Policía Federal y agentes de migración.
Muchos de ellos han denunciado que a pesar de tener asilo político en México u otros salvoconductos, continúan detenidos bajo pésimas condiciones, pasando hambre y prácticamente secuestrados.
Se han llegado a producir incluso intentos de suicidio.
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