Más que una suposición parecía lógico que luego de la cancelación del acuerdo Cuba y MLB el pasado 8 de abril, las compuertas del éxodo de peloteros volverían a abrirse como ha sido la constante en los últimos años.
La desesperanza de no poder arribar a Grandes Ligas por la vía legal y sin necesidad de abandonar Cuba, unido a múltiples decepciones sufridas dentro del país con un béisbol en crisis, han conspirado con este hecho.
Entre los meses de enero y marzo no muchos jugadores se lanzaron a la cruzada de intentar una firma profesional. Fueron tres meses de reposo y tranquilidad en cuánto a la salida de talento. Sin embargo, luego de la cancelación por parte de la administración Trump, la República Dominicana ha vuelto a nutrirse de prospectos cubanos.
No sólo Quisqueya ha sido la vía. En junio pasado tres jugadores de la selección nacional aprovecharon la estadía en suelo americano y se desligaron del sistema del béisbol cubano. El más reconocido de todos: Yoelkis Céspedes, hermano del granmense Yoenis.
Otros como Norge Vera Jr., hijo del legendario Norge Luis Vera, así como Orlando Acebey, entrado en los 35 años se bajaron del barco.
La situación no es esperanzadora.
Con las constantes irregularidades de la Liga Cubana, sumado a la procedencia humilde, por no decir pobre, de muchos jóvenes, buscar una firma de miles de dólares semeja ser una necesidad más que una salida.
El promedio de edad de los más de 50 peloteros fuera de la isla no rebasa siquiera los 18 años. Algunas de estas situaciones las expliqué en el Podcast "Corazón del Juego" que sale a través de la plataforma de Cinco Razones Network.
Siete peloteros que pertenecían a la Lista de 34 que le entregara la Federación Cubana a MLB ya no se encuentran en Cuba. Son ellos: Daniel Condes, Raymond Figueredo, Yoelkis Céspedes, Norge Vera Jr., Norel González, Sergio Barthelemy y Carlos Pelegrín.
Los más de 50 salidos tras el 8 de abril aumentarán una vez cierre el 2019. Este acuerdo era la única oportunidad para Cuba. Ahora las soluciones dependen de ellos mismos y sabemos que no encontrarán la luz al final de túnel por sí solos.
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