El deporte ruso ha recibido un durísimo golpe este lunes una vez que la Agencia Mundial Antidopaje decidiera excluirlo de los Juegos Olímpicos de Tokio (verano de 2020) y Pekín (invierno de 2022), así como de la Copa Mundial de Fútbol del próximo año en Catar.
Rusia ya había sido imposibilitada de participar en la cita estival de Río de Janeiro por dopaje de Estado, y ahora ha recibido una nueva sanción debido a que su agencia antidoping, la RUSADA, manipuló los datos de laboratorio entregados a los investigadores en enero de 2019.
Esta condena impediría a los deportistas de ese país competir bajo su bandera en citas olímpicas y mundiales durante un cuatrienio y acoger competiciones internacionales en su territorio. Los funcionarios y representantes de aquella nación tampoco podrán integrar federaciones deportivas.
Las únicas excepciones serían los atletas que prueben su no implicación en casos de dopaje –que podrán competir bajo bandera neutral- y estén ajenos al Informe McLaren y la manipulación de datos del Laboratorio de Moscú.
La RUSADA tiene 21 días para apelar esta decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo.
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