El soldado Miguel Villalon, de 21 años y de origen hispano, falleció este sábado por una bomba en una carretera de Afganistán junto al también soldado, Ian P. McLaughlin, de 29.
Los talibanes asumieron de inmediato la responsabilidad del ataque -que dejó también dos heridos- y un portavoz de ese grupo terrorista precisó que ocurrió en la provincia sureña de Kandahar.
Medios de prensa indican que murió Villalon murió al primer impacto del vehículo en que viajaba con un dispositivo explosivo improvisado.
Villalon se había incorporado al servicio militar de Estados Unidos en julio de 2019, de acuerdo con el alcalde de Aurora, la ciudad de Illinois, ciudad donde residía.
La ciudad de Aurora dijo que el hispano se había graduado de la escuela secundaria East Aurora y sirvió con orgullo en el Ejército de Estados Unidos.
"Nuestras oraciones y condolencias están con la familia Villalón durante este tiempo trágico", dijo el alcalde Richard C. Irvin, veterano del ejército de los Estados Unidos.
“Miguel era un joven soldado con sueños para el futuro y un deseo de marcar la diferencia en el mundo de hoy. Al igual que todos los que nos fuimos de nuestra ciudad natal, Aurora, para servir a nuestro país, nuestro objetivo es hacer bien nuestro trabajo y regresar con nuestra familia y amigos. Lamentablemente, Miguel hizo el último sacrificio al proteger nuestra libertad de las líneas del frente. La 'Ciudad de las Luces' brilla mucho más debido a esta pérdida. Estaremos con su familia y le brindaremos apoyo. Buena suerte, joven soldado", añadió.
Villalón es el segundo miembro del servicio de área de Chicago en morir en el extranjero en la última semana. El domingo pasado, el especialista del ejército Henry Mayfield Jr. de Hazel Crest, de 23 años, murió durante un ataque en Kenia.
Más de 2.400 miembros del servicio estadounidense han sido asesinados en Afganistán. El año pasado fue uno de los más letales con 23 soldados estadounidenses muertos, incluso cuando Washington entabló conversaciones de paz con los talibanes.
Los talibanes ahora controlan o dominan aproximadamente la mitad de Afganistán. Los militantes continúan realizando ataques casi diarios contra las fuerzas afganas y estadounidenses, incluso mientras mantienen conversaciones de paz con Estados Unidos.
Decenas de civiles afganos también son asesinados en el fuego cruzado o por bombas colocadas junto a la carretera por militantes talibanes.
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