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Ministra de Finanzas de Cuba da miedo y con los precios hemos topado

Cuando la ministra habló de los presupuestos y del control de la temida inflación, la cosa se puso fea.

Meisi Bolaños Weiss, Ministra de Finanzas y Precios de Cuba © Ecured
Meisi Bolaños Weiss, Ministra de Finanzas y Precios de Cuba Foto © Ecured

Este artículo es de hace 4 años

La ministra cubana Meisi Bolaños, titular de ese extraño ministerio, denominado de Finanzas yPprecios, ha tenido su momento de gloria televisiva en una nueva edición de la Mesa Redonda de Randy Alonso, y ha hablado de muchas cosas. Algunas de ellas, dan miedo.

Los responsables económicos del régimen castrista en algunas ocasiones dicen cosas que claman al cielo. ¿Cómo se puede calificar, sino, el llamado de la ministra a que las empresas fortalezcan la contabilidad financiera y la información de los precios? ¿Es que acaso se puede dirigir y gestionar una empresa sin esos instrumentos esenciales?

Parece que si, que en Cuba ha sido posible, y además durante largo tiempo. Porque fue el Che Guevara durante su etapa de ministro el que lanzó todo tipo de ataques contra auditores y contables, magníficos profesionales que prestaban sus servicios en la moderna economía cubana anterior a 1959, lo que obligó a muchos al exilio en otros países, donde triunfaron como buenos profesionales que eran.

Al Che no le interesaba que las empresas estuvieran bien gestionadas. Todo lo contrario. Se había adueñado de todo el capital privado existente en el país, sin pagar ni un centavo, y a fin de cuentas, era un revolucionario de “altos ideales”, y todo eso de las cuentas, la información y la gestión le importaba un bledo.

Fidel Castro se encargó de dar continuidad a aquella herencia fatídica, y 61 años después, Meisi, que ni siquiera había nacido en aquellos años “revolucionarios” ha sido la encargada de recuperar la razón y el sentido contable. Ojalá tenga éxito. Se lo deseo de todo corazón, por el bien de la economía y del pueblo cubanos.

Coincido con Meisi cuando afirma que “la contabilidad debe verse como una herramienta de trabajo, una ciencia que permite registrar los hechos económicos de cada empresa, lo que robustece la disciplina contable y la transparencia en los gastos”. Todo bueno, sin duda. Lo que no tengo tan claro es que el avance de la contabilidad en Cuba se corresponda con la batalla de ganar terreno para evitar “indisciplinas económicas”.

La ministra acierta cuando defiende la necesidad de una mejor calidad en la contabilidad, y el control de precios desde la ciencia. Entiendo que está proponiendo la creación de profesionales y especialistas de consultoría que presten, como servicios externos, a las empresas sus conocimientos a cambio de contratos.

Habrá que autorizar los oficios. No parece que tiene mucho sentido que las plantillas de las empresas se hinchen de empleados para realizar estas funciones que, por otra parte, se están ejecutando por medio de las modernas tecnologías de la información y digitalización.

Posiblemente, y sin darse cuenta, la ministra está hablando de la creación de un sector de servicios de consultoría contable y de auditoria a las empresas, que en el caso de la economía cubana avanza de forma tímida, pero continuada, como se observa en las estadísticas oficiales de la ONEI.

Entre 2013 y 2018, mientras que la economía en su conjunto creció solo un 10,4% en precios constantes, el sector de servicios empresariales lo hizo un 15,7%, nada más y nada menos que casi 6 puntos porcentuales por encima. El empleo del conjunto de la economía entre 2016 y 2018 ha descendido un 2,3%, pero en el sector servicios empresariales se ha mantenido estable, a salvo de los ajustes.

Insisto, ojalá tenga éxito en su misión. Muchos cubanos se lo agradecerán, porque encontrarán una vía para el desarrollo profesional, y no solo las empresas, por contar con una mejor gestión.

Hasta aquí el lado positivo de la Mesa Redonda. Nada que objetar.

Pero en la segunda parte del programa, y después de no dar luz alguna sobre la unificación de las monedas y algunas explicaciones sobre cómo se elaboran los presupuestos locales, y justo cuando la ministra habló de los presupuestos y del control de la temida inflación, la cosa se puso fea.

Al parecer, las autoridades del régimen temen un rebrote de la inflación durante 2020, porque es evidente que en las actuales condiciones de shock de oferta que atraviesa la economía, es imposible mantener un nivel estable de producción de bienes y servicios para atender la demanda.

Los subsidios del régimen para controlar los precios no se pueden otorgar, porque escasean los fondos del presupuesto para estos fines. Los controles de precios, los temidos precios topados, acaban agrandando los efectos negativos de la escasez.

El caso es que la ministra asumió que aumentar la oferta por un lado y, por otro, controlar los precios no es una tarea sencilla y claro, la culpa la tiene, como siempre, “el recrudecimiento del bloqueo y las medidas del Gobierno de Estados Unidos”.

El reconocimiento de que los precios topados no funcionan y crean lo que la ministra denominó “precios especulativos que sobrepasan la utilidad media” llevó a Meisi a endurecer su discurso, probablemente para sintonizar con ese segmento de la audiencia que todavía se cree que el modelo comunista es viable.

Fue entonces que empezó a hablar de mayor control, situando en la población la responsabilidad de la tarea de chequear y controlar los precios, propiciando los mecanismos de delación comunista, que han estado funcionando durante 61 años en Cuba. Valoró como positivas las 730 denuncias recibidas el pasado año. Increíble.

Al parecer, el aumento de la inflación puede arrancar en los servicios de transporte, donde no hace muchos días se publicaron unas absurdas tablas de precios que provocaron el rechazo de los profesionales. Por ello, la ministra aseguró que “se tomarán medidas con aquellos que insisten en formar precios especulativos”, para añadir que “hay que establecer esquemas de control que den mayor garantía a la regulación de los precios”.

La represión económica está a la vista, y nadie debe dudar que las autoridades se van a emplear con fuerza con sus inspectores, agentes de la seguridad del estado y la red de delatores de las distintas organizaciones que sostienen el régimen.

La lucha contra la inflación no se puede hacer como un elefante que entra en una cacharrería y lo destruye todo. Hay que diseñar e implementar políticas adecuadas. Detrás de un shock de oferta una inflación en espiral es un escenario fatídico para la economía cubana.

Mal asunto. Muy feo.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Elías Amor

Economista, Miembro del Consejo del Centro España-Cuba Félix


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