Miguel Díaz-Canel dijo este jueves que no se han producido apagones en medio de la crisis energética que atraviesa el país por la escasez de combustible, y lo calificó de “verdadero milagro”.
“Un día podremos explicar públicamente todo lo que se ha hecho para que no sean mayores las afectaciones. Es un verdadero milagro que hayamos evitado, por ejemplo, los apagones, pero se han afectado producciones y otras actividades de la vida cotidiana de manera sensible”, dijo durante una reunión de evaluación del Ministerio de Exteriores en La Habana, reseñada por Cubadebate.
A pesar de las declaraciones de Díaz-Canel, en los últimos meses sí se han difundido en las redes sociales reportes de apagones, algunos de ellos muy recientes.
"Parece que tendremos que desempolvar la etiqueta #ReportoApagonCuba. En el verano pasado, gracias a nuestras denuncias organizadas, logramos que el gobierno diera la cara y reconociera los apagones. No fueron claros sobre la causa, pero tuvieron que hablar", indicó José Raúl Gallego en Twitter el pasado 13 de febrero.
"En los últimos días, sin que medie anuncio oficial, se han sucedido los apagones en varias zonas de La Habana", escribió en la citada red social Yoanis Sánchez, también en este mes.
"Estos tiempos malos pasan y nos fortalecen", dijo Díaz-Canel este jueves sobre la situación que él mismo bautizó de “coyuntural”, en septiembre de 2019, y que no da visos de concluir.
“Vendrán mejores tiempos, se los aseguro, y entonces habrá que reconocer a quienes nos apoyaron en las horas difíciles", añadió.
Durante su intervención, cifró en más de 80 millones de dólares el dinero ahorrado “solamente con el corrimiento de la demanda en los horarios pico y la aplicación de otras medidas”, y elogió el compromiso de los cubanos con las medidas de ahorro energético.
En los últimos seis meses se han producido interrupciones en el suministro de petróleo -sobre todo desde Venezuela- que han afectado particularmente al combustible diésel.
Ante esa circunstancia, el gobiero cubano dispuso una serie de medidas de ajuste y ahorro en el transporte estatal, así como la reducción del gasóleo asignado a organismos y empresas, y de los horarios de climatización en instituciones estatales.
A las restricciones de diésel y gasolina se suma la escasez en el suministro de gas licuado de petróleo, con 1.7 millones de familias afectadas.
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