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Cubanos sobre los precios de Internet: “¿De qué nos sirve si no podemos pagarlo?”

Para conectarse a Internet una hora diaria, un cubano tiene que pagar el salario del día. Es decir, que para la mayoría el dilema se resume en la misma pregunta: ¿comer o conectarse?

Cubanos conectados a internet desde sus móviles © CiberCuba
Cubanos conectados a internet desde sus móviles Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

En el diccionario de la Lengua Española, “accesible” es aquello que puede ser alcanzado, algo a lo que se puede llegar, lo que no significa que hacerlo sea fácil. De ahí que parezca cuando menos exagerado afirmar que el acceso a la red de redes en la isla es ampliamente posible.

Cierto es que, como ocurre en el resto del planeta, en Cuba -una vez creadas las condiciones infraestructurales- Internet está al alcance de quienes tengan un dispositivo móvil avanzado. Sin embargo, no basta con poseer un teléfono lo suficientemente inteligente.

De acuerdo con lo que opina Magdiel, mientras actualiza su IPhone en la wifi del Parque Central en La Habana, el verdadero problema de Internet está más en la cuestión financiera que en la tecnológica.

“Incluso los que tienen un teléfono adecuado, afirma, tienen que hacerle un test mental al bolsillo para saber si pueden comprar un paquete de Internet, aunque sea el más barato, y hay muchos que malamente lo compran cada dos o tres meses”.

Datos recientes ofrecidos por el ministro de Comunicaciones, Jorge Luis Perdomo, revelan que en 2019 llegaron a más de 6 millones los suscriptores de telefonía celular y a más de 6.5 millones los que acceden a Internet por diferentes vías, de ellos, más de 3.4 millones lo hacen a través de los datos móviles.

Tomás, especialista en Electrónica, afirma que se puede hablar de una conexión al alcance de la mayoría porque no pocos usuarios se conectan desde sus centros de estudio o de trabajo: gratuitamente, sí, pero con una lista larga de restricciones, mientras el resto “pasa El Niágara en bicicleta para lograrlo. A Etecsa (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba) le falta mucho camino por recorrer para lograr un acceso a Internet medianamente decente”.

Lo que reclama Denise son más rebajas en el servicio de Nauta Hogar, una de las alternativas de conexión más demandadas en la isla y de las de menores ofertas.

“Sé que el miedo le sale por los poros a todos los dirigentes que viven de la política hace una tonga de años porque reconocen que el acceso masivo a Internet le abre los ojos a la gente, pero lo que nos dan es muy caro y muy poco”, asegura.

“Muchos dominan mejor un ordenador que un móvil, mas siguen sin poder tener Internet en casa y caminando a veces kilómetros para llegar a la wifi más cercana y sentarse en un banco o una acera a conectarse”, puntualiza la joven enfermera.

Para colmo, afirma la residente en el municipio capitalino de Boyeros, el Nauta Hogar es lo más inalcanzable para la población: “se dan tremenda lija para poner esa conexión asociada a la telefonía fija y pasan a todo el mundo por el filtro antes de otorgársela a alguien. En mi territorio están suspendidas las nuevas asignaciones”.

León, un informático que vive de copiar material audiovisual por cuenta propia, advierte que son escasos los megas que da el Nauta Hogar por 15 CUC y el número de servicios habilitados.

“Uno puede hacer cosas tan elementales como enviar un correo electrónico o realizar una búsqueda en Google, pero pasamos la mayor parte del día desconectados. Todas las opciones que tenemos son costosas. Pagamos la Internet más cara del mundo”, subraya.

“Acceso hay, es verdad, porque podemos conectarnos y comunicarnos, pero ningún salario serviría para hacerle frente a los precios. Mi madre, que cobra 17 CUC al mes, tendría que dejar de comer para pagar 1 CUC por hora de conexión o comprar un paquete pequeño, con el que no puede hacer descargas ni navegar sin miedo de abrir las aplicaciones que le coman el saldo”, concluye el trabajador privado.

Simple y llanamente, en Cuba no tenemos el amplio acceso porque para conectarse una hora diaria hay que pagar el salario del día. Es decir, que para la mayoría el dilema se resume en la misma pregunta: ¿comer o conectarse?

En palabras de Jessica, de 23 años, Internet será accesible cuando llegue a su casa de la universidad y pueda lo mismo descargar videos que ver televisión online; cuando no tenga que ir a la wifi a usar una conexión más lenta que la de los teléfonos y con el riesgo de que le roben la contraseña o el propio celular; cuando los salarios medios puedan pagar los paquetes de Etecsa, y todo el que quiera pueda contratar el Nauta Hogar con tarifa plana.

“Las cifras de los conectados pueden ser cada vez mayores, pero no la calidad de sus experiencias. Poquísimos pueden conectarse con cierta libertad, ya sea para conseguir información o meterse en las redes sociales. ¿Cuántos pueden dar 5 o 10 CUC mensuales para tener Internet en el celular? ¿Cuántos pueden tener 150 o 200 CUC para comprarse un móvil para acceder a la red?”, inquiere la estudiante.

A tenor con lo que aseguró el usuario morpheuz en Cubadebate: “No es por echarle leña al fuego, pero Internet no está ampliamente disponible en Cuba, por las razones que sean”.

“Supongamos que yo soy un trabajador por cuenta propia que necesito obligatoriamente Internet para realizar mi trabajo, en mi zona no hay Nauta Hogar y no me es práctico ir a la zona wifi a trabajar. Entonces solo me queda la vía de los datos móviles que no es muy rentable”, indicó.

“Realmente el acceso sigue siendo limitado y caro. Cuando todo el que desee pueda contratar Internet en sus hogares o negocios y a precios acordes a los salarios, ahí sí hablaremos de amplio acceso”, expresó el forista.

A la vez, más de un usuario coincide en que la vía más expedita para acceder a Internet, que es aún inestable en todo el país, es la conexión mediante la red 4G (cuarta generación), que hoy utilizan más de 650 mil clientes.

“Aunque la tecnología aquí no evoluciona al ritmo de otros países, hay zonas donde la 4G es tan rápida que puede jugarse online”, añadió.

Las cifras oficiales arrojan que al concluir 2019 había más de mil 500 áreas wifi y más de 650 salas de navegación para el acceso a Internet. Con el incremento de usuarios que ha habido en los últimos años, hace rato que Etecsa debería haber bajado sus tarifas.

Según Liliam, “el paquete de datos móviles que compro normalmente me dura una semana. Ya es hora de que hagan una mejor oferta para los más necesitados. ¿De qué nos sirve Internet si no podemos pagarlo?

“Una cosa es tener la posibilidad de estar conectado y otra poder hacerlo en todo momento. Se puede decir que X cantidad de personas se conectan a Internet porque lo han hecho más de una vez, pero siguen yendo con miedo a la wifi o usando los datos para que no se les acabe el saldo”, advierte.

“Las estadísticas muestran un espejismo, son números que incluyen a los que acceden esporádicamente”, asevera la programadora. “La verdad la sabremos cuando salga a la luz la cantidad de horas que se conectan los usuarios cubanos como promedio mensual y cuántas veces lo hacen a través de aplicaciones distintas de Facebook y WhatsApp”.

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