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Cubanos opinan que las medidas del Gobierno para enfrentar el coronavirus son blandas

A pesar de que el gobierno plantea que Cuba está lista para enfrentar el coronavirus, la opinión popular afirma lo contrario.

Imagen referencial © Juventud Rebelde
Imagen referencial Foto © Juventud Rebelde

Este artículo es de hace 4 años

La confirmación de los primeros casos de coronavirus en la isla ha hecho sonar las alarmas en la población cubana. Cada vez es más normal ver a las personas con nasobucos (casi siempre hechos de forma artesanal) y se respira el olor a cloro lo mismo en baños públicos que en restaurantes privados.

A pesar de que el gobierno plantea que Cuba está lista para enfrentar el coronavirus, la opinión popular afirma lo contrario. Si a los países del primer mundo les está costando Dios y ayuda frenar la expansión del Covid-19, la lógica indica (y también los ciudadanos) que en una isla pobre a la que le sobran limitaciones y escaseces, la enfermedad podría golpear con mucha fuerza.

Al respecto, apunta la arrendataria privada Esther, de 51 años, “si se propaga esto nos las vamos a ver negra. No hay país preparado para esto por mucho que se diga y, además, estamos siendo demasiado blandos para combatirlo. Nos hemos demorado incluso para suspender eventos masivos. Ojalá no sea tarde y no se salga todo de control porque el costo de vidas sería elevado”.

Una dependiente de la terminal 3 del Aeropuerto Internacional “José Martí” de La Habana, dice que “estamos en extremo peligro. Debimos cerrar las fronteras hace por lo menos una semana y así hoy tal vez no tendríamos ningún caso. Extremamos las medidas higiénicas ya cuando había entrado el coronavirus.

“Yo sí me lavo mucho las manos, pero hay ingenuos que creen que la cosa es menos seria de lo que realmente es. Al parecer no entendemos que el aislamiento será lo único que frenará la extensión del virus. Ojalá pronto den con una cura definitiva porque dudo que, mandando tantas medicinas para otros países, tengamos para curar a los cubanos”, acota la madre de un niño de cuatro años, sin negar que trabaja “con miedo”.

En la misma instalación aeroportuaria, Mariela, quien llega a Cuba desde Puerto Rico, comenta que debe aumentar el rigor del control a la entrada de extranjeros. “El propio aeropuerto es el que tiene que mandar para el hospital a los turistas procedentes de lugares altamente contagiados y no lo hace. O ponerlos en cuarentena por lo menos dos semanas, hasta que se verifique que no tienen nada.

“No obstante, lo que hacen es dar una planillita en la que uno puede poner lo que le dé la gana porque nadie confirma esos datos. Por no perder dinero seguimos arriesgándonos a dejar entrar a los pasajeros de cualquier parte del mundo”, considera la capitalina.

De manera categórica, el doctor Simón Rivero destaca que “algo seguro es que no estamos en condiciones de enfrentar este virus. Si la situación es crítica en países desarrollados como Estados Unidos, qué esperaremos para nosotros que no tenemos ni medicamentos ni productos de higiene ni comida.

“El problema está en que debemos ser sumamente cuidadosos, pero el cubano tiende a hacer de todo, menos seguir normas higiénico-sanitarias. ¿Quién le dice a uno que no se meta en una cola para el pollo, en una guagua repleta de gente o que evite salir de su casa innecesariamente?”, se pregunta el médico de 45 años.

Por otro lado, la cuentapropista Yaritza, que viaja regularmente a México, asegura que “ni loca voy yo ahora a Cancún, aunque ya no tengo casi jabón ni pasta de dientes ni nada para lavar en la casa.

“Hay que darle de lado a los viajes interprovinciales y al exterior. Debemos mantenernos ‘recogidos’ y evitar las aglomeraciones, los besos y los saludos con las manos. Pero no sé cómo con la situación del transporte público, que hace que los ómnibus vayan repletos, o de las colas kilométricas para comprar lo poco que sacan en la tienda, evitaremos contagiarnos por montones.

“La trasmisión del virus se da normalmente por contacto de persona a persona. Los detergentes comunes lo exterminan de tejidos y superficies, pero, ¿dónde encontramos detergente? Lavarse las manos es lo fundamental, pero, ¿dónde encontramos jabón? Tomar vitaminas ayuda a incrementar nuestras defensas, pero, ¿dónde están?”, concluye.

La cubano-americana Kenia cuenta vía Facebook que le ha mandado a su familia en La Habana muchos productos: desde jabón, gel antibacterial y toallitas húmedas, hasta vitamina C y mascarillas. “No quiero que mi hijita ni mis padres, que viven allá, se enfermen y hasta puedan morirse. Es desesperante lo que estamos sufriendo porque ellos no tienen herramientas suficientes para contrarrestar algo así”.

Más de un entrevistado dice no entender por qué, conociendo las estadísticas de los casos mundiales y siendo Italia el país con más casos después de China, se dejó pasar a los turistas provenientes de allí “como Pedro por su casa. Es inaudito que eso pase. ¿Por qué no cerraron los vuelos desde y hacia ese país? ¿Por qué no se ha cerrado aún la entrada de personas provenientes de otras zonas con alto grado de propagación?”, se pregunta la profesora Felicia, de 57 años.

“No basta con tomar medidas internas si permitimos negligencias como la del ingreso de los primeros infectados. Es hora de restringir muchos vuelos que en vez de beneficiarnos nos afectarán. El turismo es necesario para ingresar divisas al país, pero no es más importante que la seguridad de la población”, agrega.

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