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Anciana cubana confecciona y regala nasobucos a sus vecinos

En San José de las Lajas, Herminda Matos se ha dedicado a fabricar mascarillas de tela, cuya demanda crece cada día aunque no garantizan una protección completa contra el virus.

Herminia fabrica nasobucos © Herminda Matos fabricando nasobucos de tela/Cortesía para Cibercuba
Herminia fabrica nasobucos Foto © Herminda Matos fabricando nasobucos de tela/Cortesía para Cibercuba

Este artículo es de hace 4 años

Herminda Matos, una anciana cubana residente en San José de las Lajas, en la provincia de Mayabeque, lleva días sentada frente a su máquina de coser, fabricando nasobucos de tela que regala a su vecinos y conocidos.

Sin que nadie se lo pidiera, Matos puso manos a la obra al comprobar la escasez de la oferta en su entorno y el aumento de la demanda de mascarillas, que son consideradas una medida de protección fundamental contra el coronavirus.

"Considero que ella es una heroína anónima, además sé que es cristiana fiel en una iglesia", comentó a Cibercuba uno de sus conocidos, que se ha beneficiado de su generosidad.

No es la única cubana que está dedicando horas a fabricar nasobucos. La destacada exatleta cubana Ana Fidelia Quirót también está cosiendo nasobucos en su casa para contribuir a la lucha contra la expansión del coronavirus en la isla.

“Me siento feliz de poder aportar a la prevención de esta terrible pandemia con los nasobucos hechos por mí. Y no pararé hasta que esto termine”, escribió la ex atleta, junto a dos imágenes, una junto a una máquina de coser y otra con los nasobucos cosidos por ella.

Mientras, en las calles cubanas, abundan los "nasobucos made in Cuba", versiones populares con una impresionante variedad de colores, texturas, tamaños y modelos. Según datos oficiales, hasta el pasado miércoles se habían vendido en la red comercial al menos 132.000 mascarillas por el precio de 5.00 pesos cubanos.

A pesar de que se han convertido en parte del paisaje mundial como medida de protección, la realidad es que las mascarillas de tela y las de tipo quirúrgico no evitan el contagio en personas sanas. Solo sirven para que las personas con síntomas, al toser o estornudar, eviten diseminar el virus, ya que están diseñadas de dentro hacia fuera. Son las mascarillas de protección tipo FFP2 y FFP3, diseñadas para trabajar de fuera hacia dentro, las que pueden evitar el contagio por vía respiratoria de una persona sana. Esos son los modelos que usa el personal sanitario de los países desarrollados en contacto con enfermos.

La capacidad de filtración de un tejido, explican los especialistas, varía significativamente en función del diámetro de la fibra, el empaquetado y la estructura del tejido, el gramaje y la densidad, entre otras características. Por eso, las autoridades sanitarias de cada país deben homologar los nasobucos, cosa que el MINSAP cubano no ha hecho dentro de su plan para la prevención y el control de la enfermedad.

En España, donde también se están fabricando nasobucos de tela de forma casera, las autoridades han explicado que el material del que están fabricados estos objetos no es útil para retener determinadas partículas y tampoco son impermeables, por lo que no garantizan protección frente a las formas de contacto del COVID-19. Si no hay opción de utilizar mascarillas homologadas, se recomienda hacerlas con tejidos hidrófugos que expulsen la humedad, como toallitas de bebé secas, pañuelos o paños de lavar las gafas o fundas de cojín. Según el periódico catalán La Vanguardia, un comunicado reciente de las autoridades sanitarias españolas avisa de que “el algodón está totalmente desaconsejado porque, pese a su grado de confort, absorbe el agua y las microgotas con virus. Además, es un tejido que si no está tratado con antibacterianos, favorece su crecimiento".

Lo fundamental para evitar la expansión del virus es realizar una higiene de manos frecuente (lavado con agua y jabón o soluciones alcohólicas), especialmente después de contacto directo con personas enfermas o su entorno; evitar el contacto estrecho con personas que muestren signos de afección respiratoria, como tos o estornudos; mantener una distancia mínima de un metro con las personas que presenten síntomas de infección respiratoria aguda; cubrirse la boca y la nariz con pañuelos desechables o con una tela al toser o estornudar.

La OMS, además, aconseja cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado al toser o estornudar, y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, ya que las manos se posan sobre muchas superficies que pueden estar contaminadas con el virus.

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