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Turkmenistán prohíbe la palabra coronavirus y detienen a quien hable de la crisis o lleve mascarillas

La nación dirigida por la controversial figura de Gurbanguli Berdimujamédov, ha optado por ir un poco más lejos en medio de la crisis.

Gurbanguli Berdimujamédov interpretando un rap junto a su nieto en la televisión estatal. © Captura de Youtube
Gurbanguli Berdimujamédov interpretando un rap junto a su nieto en la televisión estatal. Foto © Captura de Youtube

Este artículo es de hace 3 años

El gobierno de Turkmenistán, país que antes perteneciera a la Unión Soviética, decidió adoptar una postura autoritaria en medio de la crisis por la pandemia de la COVID-19 y desterrar del vocabulario oficial local la palabra “coronavirus”.

La nación dirigida por la controvertida figura de Gurbanguli Berdimujamédov, ha optado por ir un poco más lejos y ahora detienen a los ciudadanos que se refieran a la actual situación de la enfermedad en público o lleven el rostro cubierto con mascarillas.

En ocasiones se ha señalado que la crisis desatada por la pandemia bien podría servir de sustento a que los gobiernos apliquen rigores excepcionales y el autoritarismo o abuso de poder en algunos se desate a placer.

Pues esto parece cobrar forma en la Administración de Turkmenistán, una nación un poco menos apartada del mundo que Corea del Norte, y que geográficamente tiene fronteras con Irán, uno de los primeros países en ser afectados por el brote.

Según Reporteros sin Fronteras (RSF) y medios independientes, no está escrito en ley alguna la prohibición de la palabra “coronavirus”, pero las autoridades acosan a quienes la pronuncian en algún espacio donde confluyan más personas.

Al comienzo de las afectaciones en China, las autoridades sanitarias turcomanos llegaron a editar folletos donde se orientaban medidas de higiene para cuidarse de la infección y los síntomas, pero después, cuando el virus fue adquiriendo mayores dimensiones, la Administración dejó de distribuirlos y empezó a evitar cualquier referencia al asunto, expone El País.

Gurbanguli Berdimujamédov ha fomentado en su mandato el culto a la personalidad, mostrándose públicamente en tono heroico y con excentricidades como levantar pesas de oro macizo.

En medio de estas imágenes de la televisión estatal, las autoridades no reportan ningún caso positivo de coronavirus en Turkmenistán, ubicado en el último lugar del Índice Mundial de Libertad de Prensa elaborado por RSF.

Turkmenistán también integra una lista de 10 países que más reprimen a los periodistas en el mundo, de acuerdo con un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés) hecho en 2019.

“Oficialmente, Turkmenistán vive una época de grandeza y felicidad, por lo cual un problema así no puede existir”, explicó Farruj Yusúpov, jefe de un servicio en el país euroasiático de Radio Free Europe, uno de los pocos medios independientes que mantiene colaboradores turcomanos.

“Los infiltrados del Ministerio de Seguridad Nacional están por todas partes para vigilar que la gente no hable de la pandemia”, apunta Yusúpov, quien asegura que reporteros en esa nación han atestiguado algunas detenciones, mientras temen firmar sus textos por seguridad.

“Ni siquiera nosotros empleamos la palabra coronavirus en nuestras comunicaciones con nuestros reporteros para protegerles, decimos ‘enfermedad’ o ‘diagnóstico”, añade Yusúpov.

No obstante, el gobierno tomó medidas como el cierre de fronteras y escuelas, además de la suspensión de vuelos en los aeropuertos, pero no ha expresado oficialmente que las regulaciones se deban al coronavirus.

Medios independientes señalan, no obstante, que en el país, rico en hidrocarburos, existe al menos una quincena de casos. En febrero el gobierno turcomano indicó que había vendido a China un millón de mascarillas, después de negar que hubiera algún enfermo en Turkmenistán.

“Con las medidas actuales y la falta de prevención desde el principio de la crisis, el país puede verse en serios problemas. La sanidad tiene muchas carencias, faltan fármacos y médicos. Hay muchos equipos modernos que se compraron cuando subieron los precios del gas y el país hizo dinero, pero no hay médicos cualificados para usarlos”, comenta Yusúpov, describiendo así una situación semejante a la que viven regímenes harto conocidos como los de Cuba y Venezuela, entre otros.

Yusúpov debió partir hacia República Checa, donde actualmente se encuentra exiliado, debido a la represión turcomana contra los periodistas independientes.

En el mundo se cuentan este miércoles casi 888.000 casos positivos de coronavirus y cerca de 45.000 fallecimientos a causa de la pandemia originada en la ciudad china de Wuhan.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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