Un médico cubano comentó a CiberCuba que el Ministerio de Salud de Brasil había elaborado una lista de profesionales antillanos para reincorporarse al programa Más médicos, del que muchos eran parte, antes de que el gobierno de Jair Bolsonaro decidiera crear un nuevo proyecto de atención primaria a la salud denominado Médicos por Brasil.
El galeno, quien habló a CiberCuba en condición de anonimato, explicó que dentro de Médicos por Brasil hay una enmienda que permite a los cubanos entrar al proyecto Más médicos y volver a ejercer la medicina, algo que una gran parte no ha podido volver a hacer en el país sudamericano. Ni siquiera en medio de la pandemia del coronavirus.
Es una aspiración que se vino abajo para cerca de 700 profesionales de la Isla, cuando el Ministerio de Salud lanzó un listado de personas aprobadas con ese objetivo, en el que ninguno de ellos figuraba.
Ahora temen quedarse fuera por lo que, según el entrevistado, parece ser una arbitrariedad del ministerio que, a su vez, responsabiliza a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La decisión responde al artículo 13 de una ley —la número 12.871— promulgada por el ministerio que plantea una serie de requisitos para que los cubanos puedan reincorporarse al programa.
Entre ellos, haber sido desligado del programa Más médicos y haber permanecido en territorio brasileño en condición de residente naturalizado o con solicitud de refugio.
“Después de un año y algo esperando una ley que por fin se aprobó para los cubanos que estábamos trabajando en el momento de la ruptura, pasa lo siguiente, la ley sale en diciembre y ahora el día 26 se da a conocer una lista de médicos que dio la OPS”, explica el médico cubano.
Así denuncia que la lista aparece llena de “errores”, con médicos que hoy están en EE.UU., Uruguay, Chile y otros países de Sudamérica, además de otros que hicieron reválida de título y que están trabajando ya en el programa desde agosto del año pasado porque se naturalizaron y entraron a él como brasileños.
“La bendecida lista no es más que una mentira”, considera.
De igual manera, asegura que desconfía de la OPS ya que, mientras estuvieron cumpliendo la misión, se beneficiaron a costa del personal cubano tanto como el régimen de La Habana.
“No creo en la OPS porque de cerca viví y vi como los supuestos asesores jugaban con el dinero de nosotros y se molestaban cuando uno les pedía que nos aumentaran el salario”, dijo.
También recuerda traspasos que se hicieran a las cuentas de otros asesores porque supuestamente se les había acabado sin nada que lo comprobara.
“Se inventaban enfermedades para viajar con el dinero de la OPS a Cuba y para hacer envíos a Cuba, imagina si puedo creer en una lista hecha por la OPS, cuando cantidad de cubanos hoy en EE.UU. están demandando a la OPS”, agrega.
Sobre el requisito de permanencia en Brasil, señala que es inconstitucional. “Estamos en un país libre y puedes entrar y salir las veces que quieras”, opina.
En otro momento de la conversación, se refiere a su experiencia personal en Brasil.
“No estoy trabajando como médico, conseguí trabajo en una unidad de salud a duras penas, por el solo hecho de ser médico y cubano ya es suficiente para que no te den trabajo”, lamenta el galeno, que llegó al país más grande de Sudamérica en noviembre de 2016, como integrante del programa Más médicos y los acuerdos entre Brasil y el régimen cubano en materias de salud.
“La mayoría de nosotros está sin trabajo. No sé si era peor trabajando como esclavos para la dictadura o sufriendo las humillaciones de los brasileños”, dice.
Más adelante, se refiere a la creación de una asociación por una doctora cubana, Niurka Valdés y el abogado Humberto Jorge, cuya idea principal era, a su juicio, fundar un medio legal parecido a una ONG que facilitara el ingreso de Valdés y sus más allegados al programa Más médicos.
Esta sociedad sería conocida como Asociación Nacional de los Profesionales Médicos Graduados en Instituciones Extranjeras (ASPROMED).
El abogado Humberto Jorge es quien se ocupa de llevar ahora el caso de los cientos de médicos cubanos que se sienten engañados por las autoridades brasileñas, después de haber trabajado para rendir beneficios a las arcas inextricables del régimen y de atravesar, amargamente en varias ocasiones, las vicisitudes de la migración.
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