El pasado 30 de marzo el Gobierno de Rusia anunció, a través de un documento, que cerraba sus fronteras para contener la propagación del coronavirus.
"A partir del 30 de marzo de 2020, el tráfico a través de automóviles, ferrocarriles, peatones, ríos y puntos de control mixtos a través de la frontera estatal de la Federación Rusa, así como a través de la sección terrestre de la frontera estatal ruso-bielorrusa, está temporalmente restringido", rezó el texto.
En aquella ocasión especificaron que estas restricciones no se aplican a los ciudadanos de la Federación de Rusia que son diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, así como a empleados de misiones diplomáticas y puestos consulares de la Federación de Rusia y diplomáticos rusos en organización internacionales, funcionarios del Comité Permanente del Estado de la Unión y miembros de la familia de estas personas.
Ha pasado un mes desde aquella medida y este lunes el país ruso superó a China en el número de casos confirmados de coronavirus al sobrepasar los 87.000.
En medio de este escenario se está aumentando la presión sobre el Gobierno para que considere la posibilidad de relajar las medidas confinamiento del sector empresarial a fin de apuntalar su agitada economía.
Con el Fondo Monetario Internacional pronosticando la peor recesión global desde la Gran Depresión de la década de 1930, la economía de Rusia no permanece ajeno a este contexto.
"El Estado paternalista ruso no puede cumplir sus promesas. No puede ayudar a las personas, no puede ayudar a los negocios", explicó recientemente Andrei Kolesnikov, del grupo de expertos del Centro Carnegie de Moscú, en declaraciones recogidas por BBC Mundo.
Rusia, uno de los principales exportadores de petróleo y gas del mundo, es particularmente vulnerable a la propagación del coronavirus en las zonas de producción. La mayoría de las plantas están situadas en zonas remotas a las que sólo se puede acceder por vía aérea, lo que aumenta el riesgo de infección.
El pasado 13 de abril aseguró que podría necesitar la ayuda del Ejército para abordar la crisis del coronavirus, al mismo tiempo que alertó que el brote estaba empeorando.
"Deben aprovechar esta experiencia, por supuesto, y tener en cuenta que todas las opciones, incluida la del Ministerio de Defensa si fuera necesaria, pueden y deben entrar en juego en esta situación", dijo el dirigente ruso durante una reunión televisada celebrada por videoconferencia.
Actualmente según la Universidad Johns Hopkins en Rusia hay 99.399 casos confirmados de coronavirus y desde el inicio de la epidemia han perdido la vida 972 personas.
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