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Poco probable contagio de coronavirus por agua de playas y piscinas, revela investigación

En el agua del mar el efecto de dilución y la sal deben ayudar a la disminución de la carga viral y a la inactivación del SARS-CoV-2 .

Bandera roja en playa de Cuba, Santa María (imagen de archivo) © CiberCuba
Bandera roja en playa de Cuba, Santa María (imagen de archivo) Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 3 años

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España realizó un estudio de la transmisión del coronavirus en playas y piscinas, el cual arrojó que es “muy poco probable” infectarse por tener contacto con el agua de estos lugares.

El CSIC, una agencia estatal adscrita al Ministerio de Ciencia e Innovación, concluyó que las medidas de prevención contra el virus en esas áreas no deben ser distintas a las que se siguen en otros lugares al aire libre.

La entidad asegura que en las playas, en ríos y lagos, al igual que en las piscinas, la principal vía de transmisión del SARS-CoV-2 son las secreciones respiratorias que se originan por la tos y los estornudos, así como el contacto cercano entre personas, tal y como sucede en cualquier otro lugar.

El informe, en el que participaron investigadores de seis centros científicos del país ibérico, fue publicado en la página web del centro, y en él se detallan los supuestos riesgos de transmisión en cada una de estas zonas recreativas.

En las piscinas y los spá las labores de desinfección que se realizan para evitar la contaminación microbiana del agua, deberían ser suficientes para eliminar el virus.

En otras instalaciones como las saunas y los baños de vapor, donde las altas temperaturas llegan a superar a 60 grados, estas cifras bastarían para reducir la supervivencia de los agentes patógenos.

En cuanto al agua del mar, el texto señala que “aunque actualmente no existen datos de la persistencia del SARS-CoV-2, el efecto de dilución, así como la presencia de sal, son factores que probablemente contribuyan a una disminución de la carga viral y a su inactivación”.

Sin embargo, el CSIC sí mostró preocupación por las fuentes de agua dulce, debido a que en ellas la supervivencia del virus puede ser mayor.

En ese sentido, el organismo aconsejó ser muy prudentes a quienes piensen bañarse en ríos, lagos o pozas –especialmente estas últimas, donde la dilución es menos efectiva –, y evitar a toda costa las aglomeraciones.

En relación con la permanencia del virus en la arena de las playas y las costas, el informe admitió que no se han efectuado estudios. No obstante, estima que la acción conjunta de la sal presente en el agua, las radiaciones ultravioletas del sol y las altas temperaturas que puede llegar a tener la arena, propician la inactivación del agente infeccioso.

La agencia española subrayó que los objetos de uso común sí pueden ser fuente de transmisión del virus, al igual que las concentraciones de personas que son frecuentes en estas áreas recreativas, donde se realizan actividades que generalment implican “una pérdida de las medidas recomendadas de distanciamiento social”.

El estudio del CSIC acerca de la transmisión del coronavirus en espacios con agua fue un encargo de la Secretaría de Estado de Turismo, como parte del plan de desconfinamiento social que está adoptando el gobierno al ir superando la pandemia del coronavirus, y que prevé en un futuro la reapertura del sector turístico.

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