Courteney Ross, la novia de George Floyd, reveló en una entrevista que ambos pensaban abrir un restaurante llamado Convict Kitchen, para ayudar a personas recién salidas de las prisiones.
La mujer, de 44 años, afirmó al diario The Daily Mail que Floyd ya había elegido algunos platos que integrarían el menú y reveló que era un hombre muy sensible, cuyas últimas palabras para ella -un día antes de morir- fueron "Te amo".
Llevaban tres años de noviazgo y se conocieron en un refugio del Ejército de Salvación en Minneapolis donde él trabajaba en el departamento de Seguridad.
Floyd llegó a Minneapolis hace cinco años procedente de Houston, tras cumplir una pena de cárcel por robo con fuerza, y su sueño era quedarse en la ciudad, decía que ahí había tenido una segunda oportunidad, que había cambiado su vida, relató Ross.
"Quería escapar del entorno criminal en el que se encontraba y después de salir de la prisión, se mudó a Minneapolis para comenzar de nuevo", subrayó.
Por eso Floyd -dijo- quería contratar a exconvictos para trabajar en el restaurante, para darles una segunda oportunidad como él la había tenido al llegar a la ciudad.
Su idea era servir a sus clientes alimentos que los convictos preparan en la cárcel. "Quería servir comida en su restaurante que los exconvictos hubiesen cocinado en su celda, usando los alimentos que los internos comprarían en la comisaría y elaborando un plato gourmet", explicó.
Ross fue fotografiada el jueves durante el primero de los funerales dedicados a Floyd en Minneapolis, mientras colocaba su mano sobre el ataúd de su novio de 46 años.
La mujer afirmó al medio de prensa que no sabe qué va a hacer ahora, pues todavía está procesando la muerte violenta de Floyd, luego de que un policía lo sometiera contra el piso y presionara la rodilla sobre su cuello por casi 9 minutos.
"Floyd amaba la vida, todos los que lo conocían lo amaban. Realmente cambió su vida y estaba a punto de realmente hacer algo de sí mismo", expresó.
La muerte del afroamericano ha despertado el sentimiento antirracista en la población estadounidense, que se ha lanzado a las calles a protestar contra el racismo y el abuso policial.
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